Una flecha amarilla sobre un monumento sumido en el olvido

r. estévez, a. garrido VILAGARCÍA

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Una pintada ha venido a demostrar el estado de abandono de la Pedra do Encanto, en Bamio

11 jul 2019 . Actualizado a las 10:08 h.

Es difícil reconocer la Pedra do Encanto. Incluso quien sabe de su existencia y acude a Bamio para intentar ver el petroglifo, ve frustrada su búsqueda. Alejada del grupo de Os Ballotes, la piedra, que fue catalogada como Monumento Nacional en 1975, carece de cualquier tipo de señalización, cartel o elemento que permita, a quien no tenga un ojo experto, reconocerla. Estos días es más fácil hacerlo. Alguien ha pintado sobre ella una flecha amarilla. Parece uno de esos indicativos que marcan la ruta del Padre Sarmiento, aunque su origen y autoría aún está por determinar. Si es que se determina. «Tendo en conta o estado no que se atopa o petroglifo, é normal que poidan pasar estas cousas», dice la historiadora Beatriz Comendador. Fue ella, alertada por los vecinos de la zona, quien ha puesto en conocimiento del Concello y de Patrimonio lo ocurrido con la Pedra do Encanto. Con esa denuncia pretende remover algo en las instituciones a fin de que se tomen medidas para proteger un elemento de singular valor. Y es que ahora ha sido una flecha, pero «nalgunha ocasión teñen parado a xente que a ía romper cunha maza». Entre otras cosas, porque hay quien ve en ella un obstáculo para la seguridad vial en una zona, Bamio, muy deficitaria en ese terreno.

El pintado de la flecha es, dice Comendador, un aviso de lo que podría pasar con un petroglifo olvidado por muchos. Por ejemplo: en sus inmediaciones se está ejecutando una tala de árboles. ¿Se están tomando todas las precauciones necesarias para que la operación, que cuenta con las licencias correspondientes, no dañe este Bien de Interés Cultural? Beatriz Comendador tiene sus dudas. Y la certeza de que, si una piedra de las características de esta, está sumida en tal descuido, «os petroglifos que teñen unha protección menor» están aún peor. Ella cree que señalizar la laxe y crear una senda de madera a su alrededor podría resolver la situación.