Desde la fragua del arte

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Moldeado vaciado en fundición de aluminio del icónico «Nadador» de Leiro, bajo los retratos de los trabajadores de la plantilla de Fundiciones Rey realizados por el fotógrafo José Luiz Oubiña
Moldeado vaciado en fundición de aluminio del icónico «Nadador» de Leiro, bajo los retratos de los trabajadores de la plantilla de Fundiciones Rey realizados por el fotógrafo José Luiz Oubiña MÓNICA IRAGO

La empresa Fundiciones Rey expone en Vilagarcía una colección particular confeccionada en los últimos 75 años y que recorre la escultura y la pintura contemporáneas en Galicia

15 sep 2019 . Actualizado a las 19:03 h.

Como Sara Salgado, la joven comisaria de la muestra, señala acertadamente en el catálogo de la exposición, cuando uno oye hablar de una colección privada de arte su imaginación tiende a volar hacia rincones extraños. Hacia mundos poblados por banqueros opulentos, que tal vez busquen satisfacer su falta de criterio propio a base de amasar la creatividad de otros, o por financieros a la caza de inversiones alternativas en salones de subastas donde llueven los millones. Hacia negocios en ocasiones no del todo claros, en los que nunca falta un comprador para una pieza interesante, sin importar ni cómo ni de dónde venga mientras la billetera y el amor propio se vean colmados. El fondo que Fundiciones Rey ha reunido a lo largo de 75 años no tiene nada que ver con génesis de semejante pelaje, sino con un factor tanto más prosaico cuanto más sólido se muestra en sus raíces: el trabajo y la industria.

Dos cuadros de Lino Silva, en la exposición en Vilagarcía de la colección de Funciones Rey
Dos cuadros de Lino Silva, en la exposición en Vilagarcía de la colección de Funciones Rey MÓNICA IRAGO

Corría 1944 cuando Ramón Rey Goldar fundó en Vilagarcía una pequeña fundición de hierro. 75 años después, hoy se incorporan a ella los miembros de una cuarta generación para recoger el legado de una historia que arrancó a finales del siglo XVIII en Ribadeo, de manos del marqués de Sargadelos. Si existe una línea bien definida que permite unir aquella siderurgia integral, la primera que funcionó en toda España, con los Rey -y el historiador Benito Manuel Pena Bayón la recorre en el libro que conmemora el 75.º aniversario de la fábrica-, otro trazo paralelo sienta una alianza duradera entre la fundición arousana y el mundo del arte contemporáneo en Galicia.

Detalle de una de las salas en la exposición en Vilagarcía de la colección de Funciones Rey
Detalle de una de las salas en la exposición en Vilagarcía de la colección de Funciones Rey MÓNICA IRAGO

En algún momento de los años 60, los escultores asentados en el entorno de O Salnés se acercan a la fragua de los Rey para fundir en ella sus obras. Primero en hierro, y con el paso del tiempo también en acero, en bronce y en aluminio. Por amistad, como pago o como simple resultado del proceso de creación, que deja atrás sus moldes y sus prototipos, los propietarios de la industria arousana van reuniendo una colección en la que se suceden nombres como los de Leopoldo Nóvoa, Francisco Leiro, Alfonso Vilar, Acisclo Manzano, Ramón Conde, Manolo Paz, Xaime Quessada, Francisco Pazos, Uxío, Chaves, Lombera o Manolo Chazo, por citar a un puñado de los artistas que en un momento u otro han trabajado con esta casa. Un buen número de las obras que habitan los espacios públicos de nuestras ciudades vieron la luz en los hornos de la familia Rey, que ha incrementado su fondo con pintura y creaciones de cuño propio, puesto que Luis Rey, hijo del fundador, probó suerte con los pinceles, y Elías Cochón Rey, nieto de Ramón y director comercial del grupo, compagina su labor profesional con una pasión voraz por la escultura.

 

Elías Cochón Rey posa en una de las salas junto a los retratos de sus abuelos los fundadores Ramón Rey y Carmen Bóveda realizados por el pintor Rivas Briones. Cochón es director comercial del grupo
Elías Cochón Rey posa en una de las salas junto a los retratos de sus abuelos los fundadores Ramón Rey y Carmen Bóveda realizados por el pintor Rivas Briones. Cochón es director comercial del grupo MÓNICA IRAGO

Todo se refleja en la exposición que podrá contemplarse hasta el 18 de septiembre en la sala Antón Rivas Briones de la capital arousana para viajar después a Cuntis, A Coruña y O Porriño. Dos retratos -los del empresario Ramón Rey y su esposa Carmen Bóveda, pintados por Rivas Briones- dan la bienvenida al visitante. Al fondo, el fotógrafo José Luiz Oubiña atrapa decenas de miradas. Son los fundadores de ayer y su plantilla de hoy. Sus manos.

En sus 75 años de historia, la compañía ha reunido un meritorio fondo
Se suceden nombres como Nóvoa, Leiro, Conde, Paz o Quessada