Zona Aberta refuerza el servicio a domicilio por el cierre perimetral

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Los comercios vilagarcianos intentan capear el temporal que tienen encima

19 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A estas alturas del año tendríamos que estar haciendo un primer balance de las rebajas de enero, comparando lo sucedido en estas dos primeras semanas tras las celebraciones navideñas con lo de otros años y analizando si las ventas on line de los grandes gigantes siguen devorando a bocados a las pequeñas tiendas de toda la vida. Esto último sigue siendo así, pero en cuanto a la época de rebajas, se ha convertido en un ejercicio de supervivencia en las ciudades que están perimetradas. Vilagarcía, cuyo sector comercial vive en buena manera de la clientela de las localidades de alrededor, lo está sufriendo en carne viva. 

En un intento de sacar la cabeza del caldero con agua que los está ahogando, en Zona Aberta, la asociación de comerciantes de Vilagarcía, han decidido dar un impulso al reparto a domicilio de los productos que ofertan en sus tiendas. Sí, es verdad que muchos de los establecimientos ya ofrecían esa posibilidad a sus clientes por las características de los productos que venden. Pero otros muchos, no. Y son esos los que más beneficiados saldrán de una iniciativa que tendrá en la solidaridad entre los establecimientos uno de sus puntos fuertes. No se creará un servicio de reparto propio; se aprovecharán las sinergias entre los establecimientos para compartir el reparto y minimizar unos gastos que ya hace tiempo que amenazan con provocar el cierre de muchos establecimientos. De los que habían conseguido resistir hasta ahora, porque ya ha habido bastantes que se han quedado por el camino.

«Esto está fatal», resume Rocío Louzán, presidenta de Zona Aberta. La tormenta perfecta se ha aliado para conjurarse contra un sector que, como el hostelero, está sufriendo con toda su crudeza el temporal económico que está causando la pandemia. Con el hostelero de la mano porque, sostienen los comerciantes, que el recorte de horarios que tienen bares y cafeterías tiene también una notable incidencia en las ventas. «A partir de las seis (que es la hora a la que la hostelería debe cerrar sus puertas) no hay nadie por la calle», sostiene Louzán, que recuerda que en pleno mes de enero, y sin un lugar en el que buscar refugio después de echar la mano a la cartera para comprar unos zapatos o un pantalón, la gente, simplemente, decide quedarse en casa y aplazar la posible compra para otro día que, muchas veces, no llega nunca. «Siempre lo dije, somos sectores complementarios», apunta la presidenta de los comerciantes vilagarcianos.

No es muy optimista Louzán con el futuro que aguarda a su sector, porque el presente tampoco ayuda. Apunta que este es un mes especialmente complicada porque hay que hacer frente a una serie de pagos fijos que otros años se podían sobrellevar con la recarga que para las registradoras suponía la llegada de las rebajas tras unas Navidades que también eran un importante balón de oxígeno. Este año ni una cosa ni la otra, porque la época navideña tampoco fue como otras veces y, desde luego, las ventas en estos momentos están lejos de ser un salvavidas. «Estamos metidos en una dinámica de la que no sé cómo vamos a salir y que va a dejar, o nos va a dejar, a muchos por el camino», advierte.

El cribado

En medio de tanta dinámica pesimista, Rocío Louzán destacaba ayer que los primeros resultados que estaban llegando del cribado al que fueron sometidos en la jornada del domingo eran buenos. «Algo estaremos haciendo bien en la hostelería y el comercio de Vilagarcía», sostiene.