El bajo precio de las bebidas de Francia y Portugal aviva su importación ilegal a la zona

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

El ahorro en una caja de refrescos llega a los cinco euros

23 jul 2017 . Actualizado a las 09:02 h.

Dos incautaciones por parte de la Patrulla Fiscal de la Guardia Civil de Noia pusieron en la diana un mercado ilegal que pasa desapercibido para la opinión pública, el de bebidas llegadas de Portugal y Francia que carecen de etiquetado en español. El ahorro con respecto a las que se elaboran en España es la clave que invita a hosteleros, distribuidores y proveedores a meterse en un negocio que puede convertirse en un peligro real para la salud de los clientes.

Sin embargo, la diferencia entre los precios que ofrecen las casas oficiales y las alegales decanta la balanza a favor de las segundas. Las cifras son claras, una caja de Coca-Cola etiquetada en España alcanza los 18.48 euros con IVA, mientras que la llegada de los países vecinos no sobrepasa los 12, un 35 % menos. Cinco euros que pueden parecer nada si no se tiene en cuenta que la Guardia Civil incautó, el pasado 11 de julio, 5.136 botes, y el 23 de junio, otros 4.000, por lo que un hostelero que compre 100 cajas podría ahorrarse más de 648 euros en una sola transacción.

Cada céntimo

«Parece que no, pero hay muchísimo movimiento de este tipo de productos. Hay que tener en cuenta que hay ciertos clientes que cambian de vendedor por unos céntimos, imagínate por el dinero que estamos hablando», apunta un proveedor oficial de Coca-Cola, que sufre en sus carnes una sangría continúa de empresarios del sector hostelero que deciden arriesgar para ahorrar unos euros que pueden ser importantes a final de mes.

A pesar de que la primera impresión es que este tipo de bebidas, con etiquetados en portugués o francés, suelen tener como destino las fiestas juveniles de verano, eso no siempre es así, ya que no faltan algunos hosteleros que también las sirven con total impunidad.

Todo apunta a que la detección de estos refrescos en algunos locales de la comarca fue el detonante que puso a la Patrulla Fiscal de la Guardia Civil sobre la pista y que, además, encendió las alarmas en Seguridad Alimentaria, organismo encargado de controlar este tipo de prácticas ilegales. Sin embargo, a pesar de las potentes dos incautaciones, que tuvieron sus centros en Noia y Porto do Son, desde los proveedores oficiales aseguran que no será suficiente para cercenar este mercado. «Nosotros tenemos constancia de que no tienen pensado dejar de hacerlo, dicen que tienen facturas de todo y que no les pueden hacer nada», apuntan desde el sector, que reconoce que «hay clientes que siguen sin cogernos a nosotros la mercancía, y eso demuestra que la están adquiriendo por otro lado».

Una minoría

Sin embargo, hosteleros preguntados por estos hechos niegan que se comercie con bebidas llegadas desde los países vecinos. «A nosotros nunca, y llevamos abiertos desde 1975, nos han ofrecido esos productos», apunta el empresario ribeirense Antonio Lijó, que afirma que son muy pocos establecimientos los que se suman a este mercado: «Yo creo que en Ribeira nadie vende ese tipo de bebidas».

Todo apunta a que la investigación seguirá abierta por parte de la Guardia Civil, que intentará velar por la protección alimentaria de sus vecinos. Como principales sectores de riesgo se encuentran las personas alérgicas al gluten o diabéticas, que podrían confundirse a la hora de ingerir una, al no poder leer los ingredientes que tienen.

Además, los proveedores que sí cumplen la normativa española son otros de los principales damnificados, ya que se enfrentan a una competencia desleal con la que cada vez es más complicado luchar.

El control sobre los licores y el vino ha conseguido frenar el mercado negro

Vinos, licores y bebidas alcohólicas eran otros de los productos que también pasaron por la situación que viven ahora los refrescos. Así lo aseguran los propios profesionales del sector, que reconocen que rellenar las botellas era una práctica bastante habitual. A la misma se le ha puesto coto gracias a la insistencia de las autoridades y a la mayor sensibilización por parte de los propios consumidores.

Además, la compraventa del famoso garrafón ha caído en picado, apuntan desde las fuerzas del orden, ya que solo en muy pocas ocasiones se consigue incautar botellas que carecen de precinto y de las etiquetas reglamentarias. Por último, el tráfico de tabaco desde países del este de Europa se mantiene, aunque en unas cantidades que poco tienen que ver con lo que se registraron hace unos años.