Un cruceiro recordará para siempre el paso del cura Cesáreo Canabal por Ribeira

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

carmela queijeiro

El monumento, sufragado por los feligreses, será instalado el domingo a las puertas de la iglesia de Santa Clara

18 sep 2017 . Actualizado a las 13:17 h.

Durante las casi cuatro décadas que ha estado en Ribeira ha dejado huella en varias generaciones de vecinos y la que en breve dejará de ser su parroquia compensará el trabajo realizado por Cesáreo Canabal instalando un cruceiro en su honor. El cura recibió la noticia ayer, en el transcurso de un homenaje que reunió a unas 360 personas, pero para ver el monumento tendrá que esperar unos días. La idea es que sea inaugurado el domingo a las 10.30 horas. La pieza, que incluirá una inscripción con las fechas de llegada y despedida del sacerdote, presidirá la entrada de la iglesia de Santa Clara.

Al parecer, fue el propio Canabal el que hace un tiempo planteó la posibilidad de dejar un legado en forma de escultura en la parroquia a la que dedicó los últimos 38 años. Sus colaboradores y los miembros de Cáritas le dieron forma a la idea, con la colaboración económica de numerosos vecinos, y también al homenaje que se le brindó ayer.

Liturgia y banquete

Comenzó en el templo parroquial, con una misa oficiada por el propio Cesáreo Canabal, en la que sus adjuntos aprovecharon para hacer un repaso por los principales logros del sacerdote. Y continuó con una comida en el restaurante Baiuca. Allí, el director de Cáritas de Santiago, Anuncio Mouriño, fue el primero que tomó la palabra, y lo hizo para agradecer la labor del párroco en favor de la entidad a la que representa. Destacó, sobre todo, la confianza que el sacerdote depositó siempre en las distintas directivas de la entidad, a las que nunca puso trabas para desempeñar su cometido.

Incidió en este aspecto Teresa Pérez, la responsable actual de Cáritas en Ribeira, que habló en nombre de todos los colectivos del municipio vinculados a la iglesia. También el senador José Luis Torres y el alcalde, Manuel Ruiz Rivas, tuvieron para el cura palabras de agradecimiento.

Y fue el propio homenajeado el que cerró el turno de intervenciones. Lo hizo con tono de arrepentimiento, pidiendo perdón a los que estaban allí y a los que no por su carácter y su temperamento. Cesáreo Canabal reconoció que, en más de una ocasión, se había mostrado demasiado violento verbalmente, pero aseguró no haber tenido nunca la intención de molestar y hacer daño a nadie. Aseguró que se marcha queriendo a todos los ribeirenses.