El Nazareno sí que mueve montañas

María Xosé Blanco Giráldez
M. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

C. Queijeiro

Seis ataúdes, cinco de adultos y uno infantil, integraron la multitudinaria comitiva que recorrió A Pobra

18 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Viendo la imagen que ofrecen a menudo las iglesias de la comarca, a las que les cuesta conseguir el lleno incluso cuando dan cabida a actos litúrgicos enmarcados en grandes fiestas, podría hablarse de la existencia de una gran crisis en lo que a la fe y a las creencias religiosos se refiere. Pero, como en todo, hay excepciones. Y una de ellas, en Barbanza, es el Nazareno de A Pobra. Ayer volvió a ponerse de manifiesto que el santo arrastra multitudes.

Imposible cuantificar el número de personas que ayer se dieron cita en la villa de O Caramiñal para participar en la tradicional procesión de As Mortaxas o, simplemente, para apostarse en alguno de los puntos del recorrido con el fin de observar una comitiva que constituye todo un espectáculo. Y es que no es común, por lo menos en esta comarca, ver a cientos de personas luciendo túnicas moradas; portando velas, algunas de ellas con formas de diversas partes del cuerpo; caminando descalzas y, lo que más llama la atención, portando ataúdes. Ayer fueron seis, cinco de adultos y una infantil, las cajas fúnebres que conformaron el eje del desfile, convirtiéndose en foco de atracción de todas las miradas.

El goteo de personas ya se dejó notar en la localidad a primera hora de la mañana y, sobre las once, la villa estaba abarrotada. Puestos de rosquillas, churros, empanadas, embutidos y otros manjares fueron para muchos el entretenimiento perfecto mientras esperaban a que la imagen del Nazareno alcanzara A Covecha, lugar en el que se registró el momento álgido del desfile. Vino precedido por una estruendosa traca de bombas que se prolongó durante más de quince minutos y eso que, hace unos días, ni siquiera se había formado una comisión para reunir el dinero con el que comprar los fuegos.

La gran marabunta

Pero, un año más, los pobrenses no quisieron dejar a su santo sin el homenaje sonoro. Tuvo lugar, como siempre, cuando la imagen se paró y fue girada hacia el mar. Quienes pudieron, aprovecharon el paréntesis para frotar prendas de vestir, pañuelos y hasta gafas o muletas en la túnica del santo. Otros, ayudados por policías, miembros de protección civil o autoridades trataron de hacer llegar a varios niños hasta los pies de la imagen.

A partir de entonces, aunque la procesión continuó hasta el interior de la iglesia de O Castelo, los espectadores y buena parte de las personas que formaban parte de la comitiva religiosa emprendieron la invasión del casco urbano de A Pobra, tratando de culminar el difícil reto de encontrar hueco en una terraza.

Los bares abarrotados de gente y todo el perímetro del casco urbano plagado de vehículos completaron la bulliciosa estampa que cada tercer domingo de septiembre se repite en la localidad. La nota que marcó la diferencia en esta ocasión tuvo que ver con la seguridad. Llamó la atención la gran cantidad de guardias civiles, algunos de ellos portando metralletas, y las barreras que se formaron en los accesos a la travesía principal con camiones de bomberos y vehículos de la Guardia Civil y de Protección Civil.

Tras un intenso fin de semana, las fiestas del Nazareno llegan hoy a su fin en A Pobra. La orquesta Olympus, que desembarcará en la localidad con un impresionantes espectáculo de luz y sonido, y la sesión de fuegos artificiales que tendrá lugar a la medianoche en el paseo de O Areal pondrán el colofón. Pero antes de que llegue la despedida, niños y adultos tendrán a su disposición diferentes actividades.

Para los peques de la casa, a las 11.00 horas entrará en funcionamiento un gran parque de hinchables en la plaza Alcalde Segundo Durán. Los chiquillos tendrán ocasión también de darse un baño de espuma.

Varias formaciones musicales se encargarán de garantizar el ambiente festivo durante esta última jornada. Unión Musical de Valadares, Os Chaneiros, Xiada, Os do Barro y Ruadiña recorrerán las calles de la villa.