Carreras ilegales y derrapes al volante, un peligro sin freno

Á. Sevilla / j. m. Sande RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Viales de la zona se han convertido en circuitos clandestinos donde los pilotos juegan con su vida y con la de inocentes

19 oct 2017 . Actualizado a las 14:24 h.

La adrenalina que se desata conduciendo a toda velocidad se ha convertido en una droga para decenas de personas. Lo saben vecinos de todos los puntos de Barbanza, que ven como las carreteras que pasan por las puertas de sus hogares se han convertido en un circuito improvisado en el que hacer cafradas. El vial AC-400, que une Muros con Santa Comba, aldeas de Porto do Son y Lousame, además del núcleo de Rianxiño, son algunos de los puntos más concurridos por estos pilotos que, sin pudor, juegan con la vida de todos.

«O problema segue existindo, aínda que de forma puntual. Temos collido a algúns deles, aínda que normalmente cando temos unha alerta disto, unha vez que chegamos, xa marcharon», reconoce el jefe de la Policía Local de Rianxo, Antonio Tubío, Maneiro, quien afirma que estas prácticas también se realizan en el polígono de Te. Las marcas de neumáticos son la prueba más evidente de noches realizando trompos y derrapes. «Van facendo rali, aínda que non sexa de forma organizada. É un perigo que existe», reconoce Maneiro.

Pero esta peligrosa afición no es nueva. Durante años, vecinos de Barbanza hacían quedadas para recorrer la carretera P0-8001, que une Catoira con Caldas. El vial, repleto de curvas, era perfecto para hacer tumbadas en las motocicletas, aunque después de que varios vecinos perdiesen la vida, la práctica acabó como algo residual.

El gran problema

Hace casi una década que la AC-400 se viene utilizando como circuito de velocidad. Los residentes en la zona son conocedores de que, coincidiendo con fines de semana y festivos, se utilizan los tramos Muros-Suevos y Muros- Paxareiras para realizar competiciones. En otras ocasiones, hay moteros que emplean esta carretera para comprobar su destreza en la conducción. El hecho es conocido por los agentes de Tráfico, quienes en varias ocasiones ya comprobaron y denunciaron, según parece, la realización de estas pruebas.

Aunque se trata un vial poco transitado, salvo en la época estival, y por ello idóneo para la realización de citas clandestinas, hay peligros inherentes al trazado, ya que es habitual la presencia de reses mostrencas que pastorean en la zona y con frecuencia cruzan la carretera, lo que ya ha motivado varios accidentes mortales. «É fácil constatar a súa existencia pola localización de moteiros no cemiterio de Serres, nas Agras e preto de Paxareiras. Seguro que uns vixían mentres outros fan apostas», reconoció un vecino.

Javier Rodríguez: «Esta xente faille moito dano ao rali; se queren correr que vaian a un circuíto»

Álvaro Sevilla

El presidente de la Escudería Berberecho, Javier Rodríguez, sabe perfectamente lo que supone la velocidad al volante. Sobre su espalda pesa la organización del Rali de Noia, cita que congrega a más de 200.000 aficionados al motor y a los mejores pilotos de Galicia. Firme defensor de la seguridad en esta cita deportiva, el barbanzano reconoce que esos conductores que, sin pudor alguno, exceden la velocidad para demostrar su talento sobre las cuatro ruedas, son un lastre a eliminar cuanto antes.

A pesar de que no tiene constancia de que se organicen carreras ilegales en las comarcas de Barbanza y Noia, confiesa que en las fechas previas al rali abundan los conductores que intentan completar tramos del circuito a toda velocidad. Emulando a los pilotos profesionales, buscan mejorar los registros de estos, pasando sin control por aldeas y parroquias de toda la zona. «Acontece todos os anos. Incluso tivemos que eliminar algúns tramos porque os veciños protestaban pola proliferación deste tipo de xente. Fixémolo para garantir a súa seguridade, pero estes cafres seguen acudindo a estos puntos», confiesa el noiés.

Un flaco favor

Rodríguez reconoce que son incapaces de frenar esta sangría: «Esta xente faille moito dano ao rali, se queren correr que vaian a un circuíto. En Portugal hai moitos que se poden alugar; por 50 euros ao día matas a adrenalina e non molestas a ninguén». Los principales problemas para los amantes del motor de la zona es que su prueba fetiche cada vez tiene más problemas para elaborar el circuito. Algunos municipios, al contar con reticencias por parte de sus vecinos, también son más reacios a que los coches de competición pasen por las puertas de sus casas.

Estos pilotos aficionados incluso llegan a tomar notas para intentar emular la conducción de los competidores. «Creen que son profesionais por poñer o coche a toda velocidade». Fernández afirma que Guardia Civil y Tráfico conocen esta situación, aunque «debería haber un axente por cada persoa para controlalo. É imposible que os collan, sería unha casualidade cazalos no momento».