Rescatado un pescador que se quedó aislado en unas rocas en Corrubedo

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El hombre, un vecino de Pontecesures de 31 años que no sufrió heridas, fue evacuado en el helicóptero del «Pesca Uno»

21 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La tarde de ayer será difícil de olvidar para Santiago Longo Piñeiro, un pescador de caña de 31 años, y vecino de Pontecesures, que podrá relatar como anécdota lo que durante unos minutos fue, seguramente, una interminable agonía para él. Al final todo se resolvió satisfactoriamente y Santiago Longo fue rescatado sano y salvo de las rocas por el helicóptero Pesca Uno.

El dispositivo de emergencia se activó hacia las cinco de la tarde, cuando se alertó de que una persona se había quedado aislada en unas rocas, situadas en las inmediaciones del faro de Corrubedo, al subir la marea.

Salvamento Marítimo movilizó la embarcación Marte, de la Cruz Roja que, al parecer, no pudo llegar al lugar porque tuvo un problema en una hélice que le impidió proseguir su marcha. También se desplazaron agentes de la Policía Nacional y cuatro integrantes del grupo de emergencias de Ribeira.

Diversas fuentes señalaron que el vecino de Pontecesures se encontraba bien, pero en una zona tan complicada como la de Corrubedo y con el mar golpeando con fuerza, una ola podía arrebatarlo, aunque se encontraba en una roca bastante alta.

Preparados para actuar

Dos de los integrantes de Protección Civil desplazados estaban equipados con ropa de inmersión, aletas e, incluso, unas cuerdas, con el propósito de sacar al pescador de la zona en la que se había metido. Sin embargo, las adversas condiciones del mar y la peligrosidad del lugar desaconsejaban la intervención porque resultaba demasiado arriesgada.

Se decidió entonces que lo más seguro era avisar al helicóptero Pesca Uno, que en pocos minutos llegó al lugar. En volandas, un integrante del equipo de rescate cogió a Santiago Longo y ambos emprendieron el vuelo, colgados de la cuerda de seguridad del helicóptero.

Los padres de este vecino también fueron advertidos de lo que sucedía y no tardaron en llegar hasta la localidad de Corrubedo. Visiblemente nerviosos siguieron el operativo de rescate y pudieron comprobar como todo acababa de forma satisfactoria.

Al parecer, el pescador, que buscó el mejor sitio para practicar su deporte y conseguir así hacerse con alguna captura para llenar su cesta, no se percató de que la marea subía y de que el espacio que tan buenas oportunidades ofrecía se convertía con el paso del tiempo en una trampa mortal.