La unión de Barbanza y A Costa da Morte

Álvaro Sevilla J. v. lado j. m. sande RIBEIRA, CARBALLO / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Las mejoras de la AC-550, además de reducir la alarmante siniestralidad de algunos puntos, transformaron aspectos sociales y económicos de las zonas que vertebra

22 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Creada como una única carretera. Su primer recorrido superaba los 360 kilómetros, distancia que en la actualidad permitiría a un ribeirense llegar al epicentro de Portugal, a la histórica ciudad de Coímbra. Así era la AC-550, la carretera que por décadas unió Tui con Fisterra. El vial fue traspasado por el Estado a la Xunta en los años 80, cuando fue troceado en más de diez tramos. De la vestigial 550 solo queda uno, el que une Ribeira con Cee, arteria que conecta Barbanza con el corazón de la Costa da Morte y continúa a Fisterra ahora por la AC-445 o la VG 1.4.

Solo hace falta rodar unos cuantos kilómetros para descubrir la evolución que ha experimentado este vial en los tres últimos decenios. Pensado para unir la fachada atlántica gallega, el asfalto se fue abriendo paso entre aldeas, casas y fincas, dando forma a un trazado sinuoso, zigzagueante y peligroso. A este primer problema hay que sumar un segundo, la calidad de los vehículos de la época, lo que creó un cóctel que cercenó la vida de decenas de personas.

A pesar del riesgo al que se enfrentaban los conductores, la AC-550 fue oxígeno para ambas zonas. Gracias al vial florecieron la industria y la pesca, cuyos productores experimentaron un notable crecimiento cuando empezaron a exportar a las ciudades vecinas de interior, para más tarde llegar a dar el salto a Madrid.

En Barbanza

Para entender los cambios que ha sufrido el vial basta con seguir las cicatrices que todavía se encuentran en el trazado. Arrancando en Rianxo, en el tramo que actualmente se denomina AC-305 y que une Ribeira con Padrón, las variaciones se centran en la dotación de un mejor firme y de aceras a ambos lados, además de la reducción de varias curvas.

Es en Boiro donde los cambios se notan con mayor fuerza. Pontebeluso fue uno de los puntos más conflictivos durante años, y decenas de coches acabaron fuera del vial a su paso. Hoy, el puente, reforzado, cuenta con todo los requisitos de seguridad, dejando atrás un pasado negro. Además, con el objetivo de reducir el tráfico de vehículos de alto tonelaje, se desvió el vial a su paso por el centro de Boiro. Por ello, la calzada, que anteriormente pasaba por la calle Principal, se desvió hacia la avenida de A Constitución. Otro puente, en este caso el de Goiáns, también fue ampliado, ya que, al ser tan estrecho, autobuses y camiones tenían que detenerse al no haber espacio suficiente.

Llegando a A Pobra do Caramiñal, es en A Ribeiriña donde más modificaciones se han realizado. Las eternas curvas del vial fueron eliminadas, abriendo paso a un trazado más recto. Al igual que en Boiro, el puente de Crocha de Poniente también fue ampliado. De la villa de Valle-Inclán a la capital barbanzana poco hay que destacar. Ribeira es, si cabe, la localidad que menos ha visto cambiar la AC-550, exceptuando la ampliación de los carriles.

Porto do Son es el caso contrario, ya que la carretera sí ha sufrido un sinfín de modificaciones que han redundado en mayor seguridad. Fue a finales de los ochenta cuando se comenzó a trabajar en la villa costera. A partir del puente medieval de Río Sieira todavía se pueden encontrar las curvas para imaginarse como era antaño el vial, que serpenteaba entre todas las aldeas hasta llegar a Noia.

Francisco González regenta un bar a metros del castro de Baroña. Lo abrió hace 30 años y recuerda perfectamente cómo era la situación antiguamente. No fue la primera vez que algún coche terminaba dentro de la terraza del bar, a centímetros de tirar con el local abajo. «Foi un cambio positivo, quedou moi ben. Houbo que cortar moita pedra, pero mereceu a pena», reconoce el hostelero mientras señala un lugar donde se ve como el monte quedó partido en dos cachos para dejar hueco al asfalto. Del tráfico también se libró la aldea sonense de Abuín, por la que antaño pasaba el vial.

En Noia, además de la eliminación de varias curvas, el principal cambio que se ha realizado es haber trasladado el paso de la AC-550 al malecón de Gasset. Anteriormente, el trazado pasaba por el centro de la villa, lo que ocasionaba grandes retenciones.

Comarca muradana

La AC-550 a su paso por la comarca muradana experimentó notables variaciones con el fin de mejorar la amplitud y firme, así como acortar la distancia entre los pueblos de la comarca y las principales ciudades gallegas. La primera y mayor iniciativa emprendida en la comarca en el aspecto comunicativo fue la construcción del puente de Ceilán en la desembocadura del Tambre, que posibilitó evitar el paso por Pontenafonso en los desplazamientos hacia el centro y el sur de Galicia. Más tarde se construyó la variante de O Engano, que permite evitar A Serra.

En el término muradano fueron tres los proyectos de calado realizados en este vial: las obras de modificación y mejora de la carretera en Uía; las intervenciones en O Salto, construyendo una variante sobre el trazado tradicional bordeando el litoral; y el proyecto similar efectuado entre el faro de Rebordiño y A Vouga. Junto a ello cabe mencionar la construcción de puentes en Abelleira, Valdexería y Portugalete.