Pablo Lorenzo: «¿De qué te vale evitar un control si puedes perder la vida? Es así de duro»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro SEVILLA RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CESAR QUIAN

El doble filo de las redes sociales y el consumo de drogas y alcohol son los problemas a los que se enfrenta el cuerpo

12 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vida, 28 años vinculado a la Guardia Civil convierten a Pablo Lorenzo (Cortegada de Baños, 1968) en una voz autorizada dentro del cuerpo. Tras su paso por Tédax, Policía Judicial y la lucha contra el narcotráfico, se convirtió en el jefe del subsector de Tráfico en la provincia de A Coruña. La seguridad en las carreteras barbanzanas y la batalla contra el consumo de alcohol y drogas al volante son algunas de las preocupaciones de este ourensano que rezuma pasión por su trabajo y que defiende el lema: «Cada vida cuenta».

-¿Cómo definiría Barbanza desde su visión profesional?

-Es una demarcación grandísima, con una gran industria y una red importante de carreteras secundarias. Existe un nivel de circulación grande, ya que es una zona muy cercana a Santiago, por lo que mucha gente trabaja en la capital. A esto hay que sumar la pujanza que tiene el ciclismo ahí. Es un punto complicado, no por que se corra más, sino por el volumen de tráfico.

-¿Esto obliga a un mayor control?

-A pesar de lo anterior, la accidentalidad se ha reducido de forma importante. Mucha culpa la tiene la reforma de la autovía de Barbanza. Antes había ahí patrulla diariamente, ahora no es necesaria. Era muy peligrosa, había entradas y salidas de casas que daban directamente a la vía, con el riesgo que eso conlleva.

-Pero los siniestros crecen.

-Los siniestros suben un poco en los últimos dos años, sobretodo por animales que se cuelan por las entradas. Sin embargo, los accidentes graves, al igual que los muertos, siguen cayendo. A día de hoy, los fallecidos están en cero. Se hizo un buen trabajo de señalización y los conductores que se colaban en sentido contrario también han desaparecido. Además cuenta con varios radares fijos donde había accidentes continuos y se ha rebajado la velocidad media.

-¿La crisis afectó a la caída de los fallecidos al volante?

-Creo que sí ¿Cuántos bares cerraron? ¿Cómo cayó el consumo de alcohol y la venta de vehículos? Ahora vemos más coches de matriculación nueva. Se hacen cenas jueves, viernes y el fin de semana. Los jóvenes vuelven a moverse en coche para salir de fiesta a otras localidades. La circulación de madrugada ha aumentado y, a más gente en las carreteras, más posibilidades de que tengan un accidente.

-¿El alcohol y las drogas siempre están dentro de la ecuación?

-En la mayoría de los accidentes. Las tasas en Galicia son muy elevadas. Para nosotros es alarmante. A mucha gente le da igual que le quiten el carné. Como ejemplo está el caso de la señora que dijo, una vez salió del juzgado, que seguiría conduciendo sin permiso. Existe un desprecio a las normas. Hay cientos de conductores a los que le han retirado el carné y que siguen circulando. Van leyendo los grupos de WhatsApp, intentan escapar, pero al final siempre acaban cayendo.

-¿Qué le diría a una persona que coge el coche después de beber?

-Que no se arriesgue. He tenido que llamar a muchas personas diciéndoles que un familiar había muerto. ¿Qué es más importante? ¿Pagar una multa o tu vida? ¿De qué te vale intentar evitar un control si puedes perder la vida? Es así de duro. A la gente que dice que buscamos dinero, ojalá no hubiera un muerto más en las carreteras si se recaudasen tres millones de euros.

-En nada llega la Navidad, un momento crítico para ustedes.

-Nos preocupa. A pesar de todo, el pasado año no hubo siniestros fatales. Haremos cuatro o cinco controles para dejar que la gente nos vea, que sepan que estamos en la carretera y que si beben vamos a cogerlos.