Juan Jesús Gestal: «Nunca dejé de ser un muradano más»

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

PACO RODRÍGUEZ

El catedrático emérito de Medicina Preventiva acaba de ser nombrado hijo predilecto de su pueblo natal

25 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Juan Gestal echa la vista atrás y piensa en su infancia, solo tiene buenos recuerdos y, entre ellos, hay uno que destaca por encima de todos: haber pasado esa primera etapa de su vida en Muros. «Hasta los 9 años viví allí con mi abuela, mi madre, y mi primo Suso. Nos criamos juntos, éramos como hermanos. Allí fuimos a las escuelas que había entonces, primero a la de Carmen Luces, luego a la de tía Jesusa, a la de María Camiña, y finalmente a la de las hermanas Otero». Pero, además de estudiar, en aquellos tiempos también se pasaban muchas horas en la calle: «Estábamos hasta que nos íbamos a cenar. Jugábamos por todo el pueblo y cada estación tenía sus propios juegos».

De la mano de su primo Suso y de sus tíos Rosa y Jesús, Gestal completaría sus estudios secundarios entre A Coruña y Vigo, hasta que, con 17 años, desembarcó en Santiago para matricularse en Medicina. «Siempre he querido ser médico, aunque cuando cursaba quinto de bachiller pensé en la posibilidad de estudiar Química, pero finalmente me incliné por lo que siempre me había gustado, la medicina», recuerda, al mismo tiempo que evoca sus años como universitario. Explica que eran solo unos 5.000 estudiantes en toda la ciudad, que se conocían todos, y que siempre llovía. «Empezaba en octubre y ya no paraba hasta San Juan. Te acostabas lloviendo y te levantabas lloviendo, y así un día tras otro, una semana, otra, incluso un mes. Santiago tenía una iluminación tenue, y estaba muchas veces envuelta en niebla que le daba un cierto aire de misterio».

Durante todos estos años, cuando llegaban las vacaciones, Juan Gestal hacía las maletas y regresaba a su pueblo natal, donde tenía a sus amigos, con los que comenzó a organizar y promover todo tipo de iniciativas. «Muros en aquella época vivía una situación de declive importante, perdía un tren tras otro, y nosotros, con nuestras actividades, queríamos poner freno y revertir eso». Organizar cabalgatas de Reyes, el festival Míster Feo, la copa y la liga de fútbol Ría de Muros o las fiestas patronales de San Pedro fueron algunos de los muchos proyectos en los que quiso arrimar el hombro, aunque hubo uno que destacaría por encima de todos: la creación de la Agrupación Artística Muradana, con la que llegaron a poner en escena nueve obras de teatro en cinco años. Esta faceta de actor y director continuaría en Santiago, donde fue el último responsable del Teatro Español Universitario y formó parte del grupo Ditea.

Paralelamente, nunca desatendió sus estudios, y aunque pensó en ser cirujano, al final se decantó por la docencia universitaria en Salud Pública. No lo tuvo fácil, ya que debió superar varios cursos y un examen para ingresar en el Cuerpo Médico de Sanidad Nacional, «unas oposiciones que fueron sin duda las más difíciles de todas las que he hecho». Corría el año 1975, y desde entonces hasta su jubilación -el pasado septiembre-, Gestal fue encadenando cargos tanto en la Administración, donde llegó a ser director general de Salud Pública; como en la universidad, donde además de responsable de la cátedra de Medicina Preventiva y Salud Pública, ocupó el cargo de decano de la Facultade de Medicina.

Logros

«Ambos trabajos son muy interesantes y todos tienen momentos complicados. En los trabajos de gestión he tenido suerte y los compañeros me han apoyado mucho», apunta Gestal, que cree que sus principales logros fueron resolver el conflicto por la docencia de la práctica clínica de Medicina y la construcción de la nueva facultad. Aunque ya se ha retirado, no ha desconectado del todo de la actividad docentes, y participa en un posgrado, dirige tesis doctorales (va por 51 en 47 años de docencia) y continúa al frente de la Cátedra de Hidrología Médica, con la que realiza muchas actividades para promocionar el uso terapéutico de las aguas mineromedicinales.

Este amplio currículo profesional, unido a todos los proyectos que realizó a lo largo de su vida para impulsar Muros, le han valido para que el Concello lo acabe de nombrar hijo predilecto del municipio. Confiesa que no se lo esperaba, pero que es «una de las distinciones más importantes que uno puede recibir. Se dice que uno no es profeta en su tierra, y yo nunca dejé de ser un muradano más».