Empresas de servicios y reformas rechazan encargos por falta de personal cualificado

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Indican que tienen dificultades para encontrar fontaneros, electricistas o pintores y que tampoco hay aprendices

13 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis de la construcción dejó muchas secuelas a nivel económico y obligó a quienes trabajaban en el sector a buscar alternativas laborales. Después de un largo bache, muchas pequeñas empresas de la comarca vuelven a ver incrementado su volumen de actividad, especialmente en el ámbito de las reformas y la edificación de viviendas unifamiliares. Sin embargo, a la hora de aceptar ofertas afirman estar condicionadas por la falta de profesionales cualificados, hasta el punto de que responsables de varias de ellas afirmaron haberse visto obligados a rechazar encargos ante la imposibilidad de asumirlos a medio plazo, o manifiestan que acumulan importantes retrasos en la ejecución de las actuaciones que tienen contratadas.

Los empresarios concretan que escasean fontaneros, electricistas, pintores o alicatadores con cierta solvencia: «Persoas ás que poidas deixar ao fronte dun traballo sen ter que estar pendente», indica Francisco Fariña, gerente de una compañía de multiservicios radicada en Ribeira.

Por su parte, el responsable de una firma boirense de decoración y albañilería, Roberto Collazo, va más allá y advierte: «Non hai canteira para realizar obras, vai chegar un momento no que non poidan facerse». Collazo pone el énfasis en el hecho de que tampoco hay aprendices o jóvenes interesados en estos oficios, un aspecto que comparten los encargados de otras firmas.

Las causas

A la hora de analizar las causas de esta carencia de profesionales, varios de los consultados coincidieron en señalar que muchos operarios cualificados encontraron salida en las plataformas o en compañías de montaje: «En cada turno pasan cuatro u ocho semanas fuera y luego un mes en casa, pero tienen unos ingresos elevados y no quieren dejar ese trabajo por los mil y pico euros que van a percibir aquí», comenta Javier Millán.

Otros optaron por el sector del mar o, directamente, por abandonar la comarca en busca de alternativas laborales en ciudades españolas o en el extranjero.

Recurrir a la oficina de colocación tampoco parece ser la solución, al menos así lo considera José Barreiro, gerente de una firma de Lousame dedicada a la construcción e instalación de sistemas de climatización: «Traballo vai habendo. Nós facemos obras fóra, agora temos unha en Canarias, pero cando hai moito choio temos dificultades para atopar persoal. Chamas ao servizo de emprego e venche xente que realmente non sabe».

El ribeirense Javier Millán asegura que se trata de un problema generalizado entre las compañías del sector y Francisco Fariña comenta que «ás veces non aceptas máis traballos porque debes axustarte ao persoal co que contas». Fariña manifiesta que antes solían tener a jóvenes estudiantes que acudían como aprendices «pero agora xa hai un par de anos que non mandan a ninguén».

El problema no radica únicamente en el hecho de que quienes poseen experiencia han encontrado alternativas con las que están satisfechos, sino en que hay un importante descenso del número de chavales interesados en cursar ciclos formativos.

Lo corroboran en diversos institutos de FP de la comarca. De hecho, la matriculación para el presente curso académico estuvo bajo mínimos hasta septiembre. Ciclos en los que antaño había lista de espera, como el de carrocería del CIFP Coroso, consiguieron sumar inscritos en la recta final. En este mismo centro ha sucedido lo que hace solo unos años parecería imposible: la desaparición del ciclo medio de frío por la baja demanda.

Desde varios institutos reconocieron recibir llamadas de empresarios solicitando personal e indicaron que la oferta es cada vez más reducida, pese a que actualmente las oportunidades laborales han aumentado.

«Todos os pais queren aos seus fillos en bacharelato»

Su prolongada experiencia como docente hace que Francisco Vida, jefe del departamento de Telecomunicacións en el Campo de San Alberto, pueda analizar con perspectiva el cambio que se está produciendo. Se expresa con dureza y afirma: «Os mozos non ven a necesidade de aprender un oficio, pensan que non o precisan».

Conoce las dificultades de las empresas para encontrar profesionales: «Chaman buscando persoal. Non teño ningún alumno que desexe traballar e que non o consiga». Sin embargo, comenta que la Formación Profesional, al menos en lo que respecta a los ciclos medios, ha perdido el tirón que tuvo durante unos años: «Todos os pais queren aos seus fillos en bacharelato».

Francisco Vida subraya que la especialidad de Instalación de Telecomunicacións comenzó el curso con 17 inscritos «e xa hai alumnos que se deron de baixa, e non para traballar». El docente asegura que «a mentalidade nun ciclo superior é diferente».