Las autoridades vinculaban una ola de incendios en Barbanza con el contrabando

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

En 1984 la comarca era la zona de Galicia más castigada por el fuego

17 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El contrabando fue durante mucho tiempo una práctica muy extendida en Barbanza y, de hecho, aún hoy quedan vestigios de esa actividad, como los zulos que se excavaban en montes como el de Neixón para esconder los alijos. Pero los que se dedicaban al oficio tenían otras artimañas mucho más peligrosas y dañinas para eludir el cerco de las fuerzas del orden. Hace 35 años, los municipios de Boiro, A Pobra y Ribeira concentraban la mayor parte de la superficie afectada por los incendios forestales en Galicia, y las autoridades relacionaban este hecho con el contrabando.

El entonces gobernador civil se reunía con los alcaldes de la comarca para abordar esta cuestión y se apuntaba que «los contrabandistas plantan fuego al monte para desviar la atención de las fuerzas del orden y pasar sus alijos con facilidad».