Desbandada

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

03 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes cualquier español o española, con un vaso o una jarra en la mano y codo hincado -con pose torera- en la barra de una taberna cualquiera te arreglaba esta crisis entre trago y trago. Así, sin arremangarse tan siquiera. Hazaña que compartía, gallardo, para regocijo o aplauso del respetable. Ahora eso ha cambiado: cualquier español o española, con un vaso o una jarra en la mano, tumbado o tumbada en el sofá te arregla esta crisis sin sacarse el mugriento pijama, que se pega cual papel de magdalena. Logro que comparte a través de Facebook para «me gusta» de propios y castigo de extraños. Que esta pandemia nos pilla desaliñados e intoxicados.

Ya en serio, si levantamos la vista veremos una triste realidad: el coronavirus ha pillado con el paso cambiado a los más de cien países donde hay casos. En todos ellos, con diferentes estrategias, ha habido errores. La diferencia entre ellos es, simplemente, que en unos no se puede criticar, en otros miden mucho a la hora de hacerlo por responsabilidad y lealtad y en el resto, España incluida, hay una solución y verdad por persona.

Los ciudadanos de a pie y de todos los gremios despachándose a gusto en las redes sociales. Los políticos en los medios de comunicación. Hasta miembros de la Guardia Civil, otrora santo y seña de la disciplina, se apuntan a la moda. Solamente falta un vídeo de la cabra de la Legión protestando por los medios, el tiempo del desfile o el tentempié ¡Si Don Pelayo, Blas de Lezo, Agustina de Aragón o el Empecinado levantaran la cabeza caerían fulminados por vergüenza ajena, que con esta tropa no se doblega una higuera!