Matías Regueira, el correcaminos de A Pobra que cuida el medio ambiente

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

ÁLVARO PELETEIRO

Lleva tres años recorriendo O Areal recogiendo la basura que llega a la playa

18 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Matías Regueira es una persona muy conocida en A Pobra, donde vive, y también en el mundillo del atletismo, ya que, hasta que el covid hizo su aparición y dejaron de celebrarse, participaba en cuantas carreras populares se organizaban en la comarca. Sin embargo, a sus 69 años, este hombre tiene muchas facetas, y una que quizá sea menos conocida es su cruzada en favor del medio ambiente.

Matías es un correcaminos, y aprovecha sus paseos diarios para poner su grano de arena para intentar mejorar el entorno que le rodea. «Haberá uns tres ou catro anos que empecei a limpar a praia. Pouco a pouco ía collendo o lixo que atopaba, unha vez cheguei ata a Pedra Moura», relataba ayer después de una nueva jornada de limpieza en la playa de O Areal. Ese es su principal espacio de actuación porque, como él mismo explica, «é a zona que me queda máis a man».

Aprovecha sus paseos prácticamente diarios para remangarse, doblar el espinazo y ponerse a recoger los múltiples restos de basura de todo tipo que llegan al arenal pobrense. Ayer no fue una excepción y se puso manos a la obra en una mañana que resultó productiva: «Levaba un par de días sen vir e había bastante lixo acumulado, debeu haber algo de mar e arrastrou bastante porquería». Entre el sargazo que las corrientes depositaron en el arenal pobrense Matías ha encontrado de todo, desde plásticos a redes, restos de aparejos y ruedas. «Somos moi porcos», concluye. Ayer había hasta cadáveres de aves y de lo que parecía un gato.

Pequeña aportación

Cuando se elogia la labor que realiza, él le quita importancia: «De paso que vou dar un paseo pola praia, vou collendo lixo. Non é todos os días, cando teño tempo dispoñible, normalmente chego ata San Antonio ou ata a igrexa do Maño e dou volta». Es su forma de poner su grano de arena para cuidar el medio ambiente y el entorno en el que vive, y tiene claro que otro gallo cantaría si todo el mundo hiciese un pequeño esfuerzo en ese sentido: «Se todos puxéramos un pouco da nosa parte non estaban as cousas como están».

Normalmente pasea por la playa, pero otras veces dirige sus pasos al monte, donde también se dedica a la recolección de basura: «Vou metendo todo nunha bolsa para logo tiralo nun colector».