Mancomunidad Barbanza Arousa

José Vicente Domínguez
José Vicente Domínguez LATITUD 42°-34?, 8 N

BARBANZA

04 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El ciudadano de a pie no acaba de ver los beneficios de la tan cacareada y sonora Barbanza Arousa. A pesar de las expectativas creadas en 1974, cuando se constituyó la entonces llamada mancomunidad de servicios, tan solo logró el objetivo de un servicio de contraincendios y unas cuantas buenas intenciones. A partir del 2014 se cambiaron los estatutos de la entidad para figurar únicamente fomento y explotación del turismo, además del mencionado servicio de extinción de incendios. Y, vistos los escasos logros conseguidos, la mancomunidad se ha convertido en un club de amigos normalmente bien avenidos. A veces, los presidenciables de la entidad se sacan una foto a bordo de un catamarán para, según dicen, potenciar la actividad turística de los cuatro municipios que componen el grupo. Iniciativa, cuando menos, falta de originalidad. La ría y el verano son lugares comunes sobradamente conocidos y poco necesitados de la promoción turística que se pretende.

Si comparamos los servicios de alguna de las mancomunidades gallegas con los de Barbanza Arousa no encontramos nada que nos haga ver las ventajas comparativas de esta supuesta unión de intereses municipales. Muchos nos preguntamos por qué estatutariamente no se establece, por ejemplo, una gestión conjunta del servicio de recogida de basuras, del transporte de viajeros, de la instalación de aerogeneradores o del imprescindible mantenimiento de las estaciones depuradoras. E incluso, por qué no, un parque móvil común para la limpieza y mantenimiento de caminos y lugares de interés de cada uno de los municipios. Todo ello mejoraría la gestión y, sin duda, abarataría costes. Por no hablar de la necesaria unión para evitar la destrucción del paisaje y eliminar el feísmo urbano que afecta en cadena a cada uno de los municipios y causa estupor al visitante.

Frente a las posibilidades de mancomunar las actividades descritas, nos encontramos con individualismo y arbitrariedad a la hora de potenciar las diferentes actividades tanto culturales como empresariales en cada uno de los cuatro municipios. En cuanto al fomento y explotación del turismo, más allá de localismos y manidos concursos de tapas y ferias de andar por casa, bien estaría que los mandatarios presidenciables pensasen en grande, para encontrar un impacto fuerte y atractivo que pusiese en el mapa turístico a la mancomunidad.

¿Cuál sería ese impacto fuerte y atractivo capaz de convertir Arousa norte en una opción turística imprescindible? Pues, a ver si a alguno de los alcaldes se les ocurre algo, aunque sea en el próximo viaje en catamarán. Digo yo.