Rodrigo Brión: «Pensar nas mulleres confinadas as 24 horas cos seus maltratadores aterroume»

María Xosé Blanco Giráldez
M. X. Blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Rodrigo Brión posa con su libro en los jardines de Valle-Inclán de A Pobra
Rodrigo Brión posa con su libro en los jardines de Valle-Inclán de A Pobra marcos creo

Destina los beneficios de su libro a una oenegé que ayuda a víctimas de la violencia

04 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Por su profesión, es periodista, Rodrigo Brión Insúa (A Pobra, 1995) se pasa muchas horas ejerciendo el arte de juntar letras. Además de hacerlo por trabajo, también lo practica por afición en su tiempo libre. Sobre folios en blanco plasma sus fantasmas y preocupaciones en forma de pequeños relatos, «como se fora unha especie de terapia». Al hacerlo, la publicación no entraba entre sus objetivos prioritarios, hasta que llegó el confinamiento. Fue entonces cuando buena parte de las inquietudes presentes en sus narraciones se intensificaron y propiciaron que estas cobraran forma del libro Nada ocurrió salvo algunas cosas, que vio la luz de la mano de Bohodón Ediciones.

Esta primera obra literaria del pobrense está integrada por más de un centenar de historias que se distribuyen a lo largo de 156 páginas: «Algúns relatos ocupan tres ou catro páxinas, pero outros son só un parágrafo». El amor, el desamor y, sobre todo, los malos tratos son los principales temas de un trabajo que persigue un objetivo claro: ayudar a las víctimas de la violencia machista. La preocupación de Rodrigo Brión por su situación durante el encierro provocado por el coronavirus desencadenó esta aventura literaria: «Pensar nas mulleres confinadas as 24 horas cos seus maltratadores aterroume. Decateime de que tiña que facer algo para tratar de axudalas».

Y lo que hizo fue darle forma de libro a los relatos que había estado escribiendo durante los dos años anteriores. Después de que una persona de su entorno le proporcionara el empujón definitivo tras leer la obra, buscó una editorial y también una oenegé a la que destinar los beneficios que le corresponderían en esta primera edición, cuya tirada es de medio millar de ejemplares. Se decantó por la Fundación Ana Bella: «É unha entidade que non só traballa para previr a violencia machista, rescatar e protexer ás vítimas, senón que tamén imparte obradoiros en colexios para educar na igualdade e no respecto».

Rodrigo Brión explica que su pretensión no es otra que ser una voz más en la ardua batalla contra los malos tratos: «Hai un grave problema e está claro que as Administracións non logran chegar ao fondo, o que leva a diversas asociacións a involucrarse na loita. Hai que botarlles unha man, porque en maior ou menor medida, todos coñecemos a algunha vítima da violencia machista». Puntualiza que, en su caso, no hubo un suceso concreto que ejerciera de desencadenante por el interés que despierta en él esta temática, «máis alá das 45 mortas que se rexistraron ao longo do 2020 en España, unha cifra terrible».

 Otros temas y más ideas

Aunque la violencia machista es el eje de Nada ocurrió salvo algunas cosas, el libro aborda otros temas, que van desde la política hasta el realismo mágico, pasando por la ecología, la emigración, la salud... «Ou talvez non falan de nada, xa que queda sempre á predisposición do lector sacar algo en claro de cada páxina», apunta el autor.

Tras lanzarse a la aventura y comprobar que su primer libro despierta reacciones positivas entre los lectores, Rodrigo Brión ya piensa en el segundo, aunque reconoce que ni tiene una propuesta firme encima de la mesa ni cree que le llegará a corto plazo: «Ideas teño moitas, pero para escribir fai falla tempo e agora mesmo non ando sobrado. Gustaríame probar cunha novela, pero é un xénero que require moita disciplina, polo que non me vexo capaz de momento».

«Ideas teño moitas, pero para escribir fai falla tempo e agora mesmo non ando sobrado»

Es consciente de que el confinamiento ha provocado el afloramiento de un buen número de libros, cuyos autores encontraron con el encierro el tiempo que necesitaban para dedicárselo a su afición por la literatura. Pese a ello, sostiene que consideró que era el mejor momento para estrenarse, sobre todo por el fin que hay detrás de su obra: «Vin que era a miña oportunidade para colaborar, porque nos períodos de crise é cando máis nos esquecemos das persoas que precisan axuda».