


















La foto del mártir, apresado y fusilado cuando ejercía de alcalde, fue colgada en el salón de plenos de la casa consistorial
17 abr 2025 . Actualizado a las 14:44 h.En el transcurso de un emotivo homenaje, A Pobra saldó la histórica deuda que mantenía con Manuel Hermo Vidal, un vecino apresado cuando estalló la Guerra Civil y fusilado posteriormente en Boisaca. Pese a que en aquel momento estaba ejerciendo como regidor local, sustituyendo al mandatario por su cargo de teniente de alcalde, su fotografía era la única que faltaba en el salón de plenos de la casa consistorial, un vacío que ya no existe desde la noche del miércoles.
«Sabiamos que este salón se ía quedar pequeno, pero esta homenaxe tiña que ser aquí», empezó diciendo la responsable del departamento municipal de Cultura, Patricia Lojo, encargada de abrir el acto. La concejala explicó la decisión del ejecutivo de «darlle visibilidade á memoria histórica a través de veciños que defenderon os valores democráticos nun momento especialmente duro», como fue el caso de Manuel Hermo.
Fue un nieto del homenajeado, Manuel Hermo, el que, en nombre de toda la familia, desgranó las últimas vivencias del pobrense, destacando que su abuelo fue apresado por no querer abandonar el cargo de alcalde. Aludió a que ya había sido retenido en 1934 y confiaba en que, como entonces, lograra regresar junto a su familia sano y salvo.
También se refirió a las torturas que sufrió, aludiendo a una fotografía que le tomaron pocos días antes de ser fusilado, en la que aparecía sin dientes y con las costillas rotas. «Deixounos unha lección de vida», señaló sobre el legado heredado, para agradecer después el homenaje impulsado por el Ayuntamiento.
Envío de cartas
Entre el público que abarrotó el salón se situaron otros miembros de la familia Hermo, mientras que algunos excusaron su presencia, pero quisieron participar de algún modo enviando cartas y mensajes.
Ahondó en los detalles de los últimos capítulos de la vida de Manuel Hermo el historiador José Antonio Pérez, que tras relatar cómo fue la detención, el período como prisionero en A Pobra y el traslado posterior a Santiago, desveló cómo un número que se entregó a la familia permitió localizar en Boisaca los restos del pobrense, que ahora reposan en el cementerio de O Castelo.
Cerró el turno de intervenciones el alcalde, José Carlos Vidal. Como sus antecesores, destacó la valentía de Manuel Hermo cuando se negó a abandonar el cargo de alcalde y el infierno que vivió a partir de ese momento. Justificó por ello el homenaje, mostrándose sorprendido de que no se hubiera realizado antes: «Se había un retrato que merecía estar colgado neste salón de plenos era o del, pois ser rexedor custoulle a vida».
La emoción, que desde el primer momento dominó el ambiente, fue máxima cuando se procedió al descubrimiento de la fotografía de Manuel Hermo. Una de sus hijas, Pacucha, y el nieto retiraron, con la ayuda del alcalde, la bandera republicana que cubría el cuadro, que fue colgado, junto a los retratos del resto de alcaldes en una de las paredes del salón noble.
El colofón fue musical y corrió a cargo del grupo Mallou. Cuando la música cesó, todos los presentes se pusieron en pie para fundirse en un sonoro aplauso.
José Carlos Vidal y Patricia Lojo se desplazaron en la mañana del jueves al cementerio de O Castelo para depositar, junto a los restos del mártir, el ramo de rosas con los colores de la bandera republicana que durante el homenaje estuvo sobre la mesa de las autoridades.