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En un momento de revitalización del ocio nocturno, la localidad vuelve a ser un polo de atracción que impulsa la apertura de locales que llevaban años cerrados
05 dic 2022 . Actualizado a las 19:13 h.Con ciudadanos ávidos por desinhibirse tras un inédito período de confinamiento y largas restricciones, el ocio nocturno experimenta una explosión que, sin embargo, topa con una escasez de oferta en el área de Barbanza. Hay establecimientos que siguen sin retomar la actividad, y quienes sí lo han hecho afirman verse desbordados por la demanda. La situación está lejos del apogeo de la movida en la década de los ochenta, pero sí parece constatarse un auge muy por encima del que se registraba en la época precovid. En este contexto, como ocurría a principios de siglo, Boiro es el polo de atracción y renace como epicentro de las largas noches de marcha.
Desde el levantamiento de las restricciones de aforo, los negocios llenan y algunos deben colgar el cartel de completo para no exceder su capacidad. Es el caso de A Pousada da Galicia Imaxinaria, cuyo propietario, Suso Santamaría, afirma ser el primer sorprendido al ver cola en la puerta y contar entre sus clientes a personas procedentes de municipios de fuera de la comarca.
Parecen darse las condiciones propicias para la reactivación de un ocio nocturno sumido en un letargo. Algunos empresarios han visto clara la oportunidad, animándose a poner en marcha locales de Boiro que llevaban años cerrados. Es el caso de Óscar España, quien el próximo fin de semana reabrirá el pub Tsunami. Dice que tomó la decisión «porque penso é unha boa inversión».
Al preguntarle por el repunte de la movida, subraya: «É cíclico. Antes do covid levaba cinco anos de baixón. Non digo que vaia ser o Boiro dos noventa, pero tampouco era normal que fora un deserto. É ilóxico que nunha poboación como a da bisbarra, con máis de 100.000 habitantes, non haxa practicamente nada».
El regreso de Frama
Otros empresarios parecen seguir los pasos de España, porque también en la antigua discoteca Frama se observa movimiento destinado a su puesta a punto. Diversas personas indicaron que hay actividad en el local y desde el Concello confirmaron que recibieron una solicitud de información con vistas a formalizar un cambio de titularidad.
No es el único local que está en el punto de mira, ya que también se ha preguntado por el Aturuxo.
Otro de los clásicos de la noche boirense cerrado es el pub Gava, pero por poco tiempo. Su propietario, Alberto Vidal, buscó otra salida laboral durante el confinamiento y señala que en esta nueva etapa tomará las riendas el que era el encargado, Jesús Vázquez, Pívot. Aunque no hubiera sido así, Alberto Vidal tenía candidatos: «Chamáronme dúas persoas interesadas en alugar, ambas de fóra da bisbarra».
El suyo no es el único negocio que atrae el interés de quienes están dispuestos a exprimir el jugo a la madrugada.
Boiro cuenta con 23 licencias de establecimientos de ocio nocturno, lo que lo convierte en el municipio barbanzano con mayor oferta en este ámbito.
Frente al dinamismo de Boiro en la reactivación de la noche, está el apagón de otros polos de atracción, como A Pobra, Ribeira o Noia. En este último municipio, Antón Horta, propietario del Fina Stampa, afirma que «a vila está coxa de locais de ocio. Nós estamos a tope, e incluso vén xente de fóra. A oferta queda moi reducida. Debería haber máis xente animada a poñer en marcha establecementos».
En el caso de Ribeira, las alternativas son todavía menores porque cuenta con apenas cinco licencias de ocio nocturno, pero solo dos negocios están abiertos. Entre los referentes figura el Cúpula, cuyo propietario, Javier Gómez, prevé abrir a mediados de mes. Otro de los bajos lleva tiempo en alquiler a la espera de interesados y el Plaza está apostando por las fiestas privadas.
El regidor ribeirense, Manuel Ruiz, afirma que la reforma del PXOM del 2003 permite la puesta en marcha de otros negocios siempre, eso sí, que se insonoricen. Sin embargo, parece no existir interés.
«Abrirei cara o Nadal, pero a intención é pechar cedo»
El TBO de Noia es un café concierto al frente del que está Sergio Fernández, que también regenta un establecimiento en Santiago. Se trata de uno de los muchos locales que todavía no ha retomado la actividad desde el cierre forzoso de los negocios de ocio nocturno por el covid. Afirma que no lo ha hecho hasta ahora por precaución: «En todas partes está habendo descontrol».
Su licencia le permite mantenerse operativo hasta las cinco y media de la mañana, pero parece que, al menos por ahora, ese no es su planteamiento: «Abrirei cara o Nadal, pero a intención é pechar cedo. Non compensa estirar tanto as horas».
El local es uno de los lugares de referencia en la comarca, ya que ameniza las veladas con actuaciones. Explica que es a partir del mediodía cuando comienza a funcionar, con la terraza, y después continúa hasta la noche.
Sergio Fernández es de los que opina que en este momento, en el que la gente demanda locales de ocio, sería oportuno que la oferta aumentara en Noia para que quienes desean salir tuvieran mayores alternativas entre las que elegir.
«El gran problema de Ribeira es que los locales no se adaptaron»
Dueño de una cafetería sometida a una profunda transformación a principios de siglo para obtener también la licencia de pub, Antonio Lijó ha decidido mantener cerrado el local por las noches ante los problemas que estaban generándose con la movida nocturna tras el levantamiento de las restricciones: «Haremos fiestas privadas, y ya tenemos concertadas varias de cenas de empresa».
No tiene dudas de que «el gran problema de Ribeira es que los locales no se adaptaron. En el 2003, cuando se hizo la reconversión, solo cinco nos insonorizamos para acceder a la licencia de pub. En la actualidad solo están funcionando A Caseira y el Brétema, lo que significa que hay un aforo de unas 150 personas para una población de 27.000 habitantes. La gente quiere salir, pero no hay establecimientos».
La puerta no está cerrada, y otros locales pueden también adaptarse para conseguir el permiso. Sin embargo, Antonio Lijó ve difícil que eso vaya a ocurrir: «Ninguno lo ha hecho en los últimos años y la situación actual es de una gran incertidumbre. La inversión que debe hacerse es muy elevada».