Antonio García Allut: Una trayectoria marcada por el compromiso

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

CARNOTA

ANGEL MANSO

El profesor tiene como prioridades la mejora de la calidad de vida de las personas y la conservación de los ecosistemas

17 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Antonio García Allut (Noia, 1955) es una persona comprometida con los más desfavorecidos y el medio ambiente. Siempre que puede habla de la importancia de cuidar la tierra y de ayudar a los que menos poseen. Es un hombre apasionado y se rebela contra las injusticias y contra aquellos que muestran indiferencia por los demás o por los que simplemente no tienen nada. Intenta ayudar a los colectivos más desamparados y a mejorar las condiciones de vida de las personas. García Allut es profesor en la Universidade de A Coruña, vicedecano de la Facultade de Humanidades y antropólogo.

Aunque nació en Noia, se fue a vivir a Carnota, donde su padre ejercía como médico. Allí estrechó sus vínculos con el mar y con quienes viven de sus recursos. Conoció de primera mano los problemas de los vecinos y aspectos relativos a la comercialización de los productos pesqueros y agrícolas, columnas vertebrales de la economía del municipio. Pasó su infancia en la localidad, hasta que se marchó a estudiar a Santiago. Allí cursó Filoloxía y la especialidad de Antropoloxía da Natureza. Eso sí, cada vez que podía regresaba a su lugar de origen.

El mar y sus gentes siempre han sido una prioridad en su vida. Con ellos posee una fuerte vinculación: «Cando comecei a mergullar foi impresionante para min. Tamén me axudou moito ver os documentais de Jacques Cousteau. A partir desa etapa entendín que era necesario preservar o mar e ás persoas que viven vencelladas a esta actividade».

La inquietud por la naturaleza y por el bienestar de las personas que apenas podían subsistir con el ejercicio de la pesca artesanal lo empujaron a meterse en aventuras realmente ilusionantes y difíciles. Su relación con Carnota le llevó a proponer la creación de una reserva marina, para que fuesen los propios pescadores los que regulasen las capturas. Constituyó un éxito, y continúa operativa.

Otro proyecto que salió de su cabeza fue Lonxanet, a través del cual se puso en marcha la venta de pescado y marisco a través de Internet, una herramienta que empezaba a expandirse con el arranque del nuevo siglo. «Foi un éxito. A intención era mellorar a comercialización, e conseguímolo. Os pescadores eran os grandes beneficiados, pero a catástrofe do Prestige e a crise do 2007 provocaron que non acadara os resultados que esperabamos e houbo que pechar».

Una de sus preocupaciones es mantener el equilibrio, tanto en la pesca como en la agricultura: «Hai que extraer os recursos mariños de forma racional, pois non coidalos repercute sobre as poboacións costeiras. Iso estámolo vendo continuamente. Hai uns 30 anos había en Galicia sobre 30.000 persoas que dependían directamente do mar, hoxe son unhas 12.000».

Numerosos viajes

Antonio García está continuamente trabajando para buscar soluciones a las comunidades más desfavorecidas. La comercialización es uno de los puntos más débiles del eslabón en la venta de productos pesqueros y es ahí donde intenta incidir lo máximo posible. Viajó en numerosas ocasiones a Latinoamérica y a África para poner en marcha proyectos en zonas deprimidas de pescadores. Insiste en la necesidad de proteger el patrimonio del territorio y los recursos pesqueros, pues «o ecosistema está moi ameazado e temos que protexelo. Hai que sensibilizar á poboación e evitar que o planeta siga degradándose».

Afirma que dedica mucho tiempo a «pensar nos problemas do mundo e no que está a acontecer para poder interpretalo e imaxinar solucións para mellorar a calidade de vida da xente».

García Allut conserva numerosos recuerdos de su niñez y de su querida Carnota, a la que acude siempre que puede: «Fun un neno feliz, sempre estaba contento». La naturaleza ya estaba muy presente en su vida. La espectacular mole de granito del monte Pindo le fascinaba. «Debín subir unhas cen veces. Tamén me inspirou para entender o mundo. Serviu de refuxio dos escapados da Guerra Civil e a súa paisaxe e un elemento atractivo e de carácter único».

Antonio García seguirá luchando y peleando para contribuir a hacer un mundo más justo y racional, para que las personas puedan vivir mejor y para proteger el medio natural.