La falta de socorristas deja vacantes el 40 % de las plazas de la comarca

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

matalobos

Los alcaldes denuncian el mercadeo de profesionales ofreciendo mejores sueldos

26 jun 2019 . Actualizado a las 21:13 h.

A las puertas del mes de julio, ningún concello de la comarca tiene completa su plantilla de socorristas para trabajar en las playas durante el verano, un problema que se viene repitiendo en los últimos años desde que la Xunta aprobó una normativa que exige que los vigilantes cuenten con un curso formativo específico, que tiene 420 horas de duración y un coste de 1.000 euros. Este requisito ha reducido al mínimo el número de candidatos que se presentan a las pruebas, puesto que consideran que no compensa la inversión y el tiempo dedicado para solo trabajar dos o, como mucho, tres meses al año.

Esta situación ha derivado en que ayuntamientos como los de Porto do Son y Muros contaban ayer con un único aspirante a ocupar las nueve y ocho plazas que ofertan, respectivamente. Los alcaldes Luis Oujo e Inés Monteagudo veían muy difícil convocar las pruebas de selección si no se conseguía, por lo menos, un mínimo de tres personas. En Carnota tampoco está la situación para tirar bombas, puesto que solamente se han presentado tres candidatos y son todos de fuera del municipio.

«Aínda que non se cubran todas a prazas, queremos formar unha cuadrilla para poder facer as gardas, pero é imposible», destacó el regidor sonense, que también criticó el mercadeo de socorristas que se marchan a lugares donde ofrecen mejores sueldos o deben vigilar playas más tranquilas. «O ano pasado cando mandamos a uns ás Furnas e a Boca do Río dixeron que marchaban a Rianxo ou A Pobra, porque non teñen areais perigosos. Pero, realmente, onde máis falta fan os vixiantes son nas praias con máis correntes», reconoció.

«Traballar para o inglés»

En Rianxo también están inmersos en el proceso de selección, pero ya asumen que no cubrirán las ocho plazas convocadas, como ya ocurrió en los últimos años. El regidor, Adolfo Muíños, considera que el problema hay que atajarlo de raíz, y modificar la normativa. «De pouco vale que poñamos en marcha cursos para formar aos mozos e que poidan conseguir o título que se require para ser socorrista, se logo marchan a Sanxenxo porque lles pagan máis. É traballar para o inglés», apuntó.

La misma opinión es compartida por el boirense Nacho Pérez Hermo, que reconoce que el 1 de julio solamente podrán vigilar las playas una decena de personas, aunque esperan que a lo largo del mes puedan completar las 15 plazas que todavía les quedan vacantes. «Ao final sempre os conseguimos a todos, pero temos que convocar varios procesos», apuntó. En este municipio, además, tienen un hándicap añadido, ya que hay siete arenales con banderas azules, un distintivo que obliga a disponer de servicio de vigilancia.

La capital barbanzana es la que oferta mayor número de plazas (38), repartidas en tres jefes de playa, 25 socorristas acuáticos y diez terrestres. Por el momento, se han anotado a las pruebas, que se realizarán hoy, un total de 39 personas, pero normalmente no todas superan el proceso de selección, y hay varias que acuden a distintos concellos y luego escogen la opción que más les convenga. Con lo cual, desde el Concello se temen que otra vez estarán muy justos para poder tener todos los arenales vigilados.

Outes no solo cubrió las cinco plazas de socorristas que costea con fondos propios y que comenzaron a trabajar el día 15, sino que también tiene tres aspirantes a los seis puestos que dependen de ayudas de la Xunta.

El alcalde, Manuel González, cree que haber iniciado el servicio de socorrismo antes que otros les ha beneficiado.