Actuaciones que se eternizan mientras los vecinos desesperan

M. Gómez / A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

MARCOS CREO

Distintos problemas con las adjudicatarias mantienen patas arriba núcleos y calles de la comarca

17 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Por más cierto que sea aquello de que quien espera, desespera, hay casos en los que la situación se lleva hasta el extremo poniendo a prueba la paciencia de las personas. Y si no, que se lo pregunten a los residentes en Aguiño, a los habitantes del núcleo noiés de A Barquiña o a los vecinos de la villa sonense, que desde hace meses, e incluso años, sufren las consecuencias de obras inacabadas que se eternizan.

Hasta ahora han mantenido silencio, pero en vista de que la actuación no avanza, los residentes de A Barquiña han levantado la voz para quejarse. Hace un año, la obra para dotar al núcleo de saneamiento estaba paralizada, y 12 meses después las calles siguen levantadas, provocando multitud de molestias a los vecinos. Para tapar las zanjas se han colocado unas planchas de metal y eso, además de dificultar el tránsito tanto a pie como en coche, genera mucho ruido: «Hai moitísimas queixas porque non hai quen descanse co ruído, parece unha chatarrería cada vez que pasa un coche».

El presidente de la asociación de vecinos se ha dirigido en distintas ocasiones al Concello para reclamar que se aglomere la zona de una vez: «Levamos seis ou sete meses con todo parado».

Por su parte, el alcalde de Noia, Santiago Freire, explicó que la obra ha sufrido varios contratiempos desde su inicio, lo que ha provocado el considerable retraso en su ejecución.

Esta semana

Indicó que confía en que esta semana se lleve a cabo el asfaltado de la zona en la que ya se han instalado las nuevas canalizaciones, y aclaró que en su día la obra estuvo paralizada porque fue necesario hacer un modificado del proyecto: «Era un desastre, era imposible colocar os colectores de pluviais sen cambiar os dos saneamento porque non ían aguantar e ían romper».

No es el único caso de actuaciones eternas. Otro ejemplo cercano es el de la calle Atalaia de Porto do Son. El vial, a tiro de piedra de la casa consistorial, lleva meses patas arriba y no se atisba el final de los trabajos. El problema en este caso está en la adjudicataria, a la que el gobierno local ha rescindido el contrato, como explicaba el alcalde: «A obra está moi mal executada, quedou fatal, vese a simple vista. Nalgún tramo vai haber que levantar todo o formigón e volver botalo. A empresa presentou alegacións, pero van ser rexeitadas e en canto iso se resolva teremos que sacala de novo a licitación».

En consecuencia, la actuación está paralizada desde septiembre y así seguirá hasta que se resuelva el nuevo concurso público.

Otro caso significativo es el de la calle Francisco Lorenzo, de Aguiño, aunque parece que su resolución está próxima. Ahí se acometió un proyecto de urbanización, pero la empresa que inició su ejecución quebró y la actuación quedó incompleta. Faltan tramos de aceras, pasos de peatones elevados y retranquear postes del tendido eléctrico que invaden la calzada. Así está el vial, el principal acceso a la localidad, desde hace como poco año y medio.

Fuentes de la Diputación, organismo titular de la carretera, indicaron que hoy mismo está previsto firmar el contrato con la firma que finalizará la actuación, con una inversión de 94.188 euros.