El proyecto Pingas de Luz ha reunido ya una treintena de testimonios de violencia contra las mujeres en Rianxo

M.G. Ribeira / La Voz

RIANXO

No todos son actuales, algunos se remontan a hace años e incluso décadas

13 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En el marco de los actos del 25 de noviembre, en Rianxo se puso en marcha el proyecto Pingas de Luz, una iniciativa que tiene como objetivo fundamental visibilizar los casos de violencia contra las mujeres en cualquiera de sus formas que se registran en el municipio, recogiendo testimonios directos de esos ataques. En estas semanas son ya una treintena las historias de este tipo que se han recogido.

No todas son actuales, algunas se remontan a hace años e incluso décadas, pero el objetivo no tiene que ver con el espacio temporal sino con visibilizar comportamientos y actitudes que a menudo, por cotidianas, pasan desapercibidos. En la página de Facebook Pingas de Luz se recogen ya algunos ejemplos de esto: «O señor dedícase a facer comentarios do tipo ‘hoxe non estreas roupa’ para referirse a que non veño con saia ou con vestido se non que veño con pantalón e tapadiña».

«Hai moito medo»

Pese a estas aportaciones, Cristina Piñeiro, una de las impulsoras del proyecto, reconoce que está siendo difícil recabar los testimonios: «Cústanos moitísimo chegar á xente, aínda hai moito medo a falar e a contar, aínda que sexan historias de antes». Además que recoger casos de acoso o de violencia a través de una encuesta en las redes sociales ?que es completamente anónima y en la que la intimidad de la persona que la responde está garantizada?, se realiza también un trabajo de campo que ha llevado a esta educadora social a visitar a las usuarias de los talleres de memoria. Muchos de los testimonios partieron de ahí, a pesar de que esas mujeres siguen teniendo miedo a contar su historia.

Con respecto a los casos del pasado, Cristina Piñeiro también está en contacto con historiadores de la zona para conocer información sobre las mujeres que fueron víctimas de la represión. Por otra parte, el trabajo de campo seguirá varias semanas, pero esta vez con las más jóvenes, recabando historias en el instituto.

Con todas las aportaciones que se consigan, que serán siempre anónimas, se pretende crear un mapa de Rianxo en el que se plasmen con gotas de distintos colores los lugares en los que se registraron casos de violencia contra las mujeres.