Falleció tras una larga enfermedad, dejando una huella imborrable como párroco y como galleguista
17 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Cientos de personas abarrotaban, tal día como hoy del 2004, la iglesia de Aguiño y su atrio para dar el último adiós a Francisco Lorenzo Mariño, que había fallecido la tarde anterior tras sufrir una larga enfermedad. Hombre comprometido con los vecinos y galleguista reconocido, el sacerdote era muy apreciado en la localidad, donde residía desde 1959. Él fundó la parroquia y construyó, en 1965, un templo único en Galicia con forma de barco.
Francisco Lorenzo destacó también por la defensa del gallego, que lo llevó, en plena dictadura, a emplearlo para oficiar las misas. En 1999 recibió la medalla de bronce de Galicia y el 25 de julio del 2001 fue objeto de un multitudinario homenaje en Aguiño, donde se descubrió un busto suyo. Tiempo después, dio nombre también a una calle de la localidad.
Tras su muerte se creó la asociación Francisco Lorenzo Mariño, que a día de hoy sigue divulgando su labor y trabajando en el ámbito de la difusión cultural.