Los feligreses de Muíño-Zas quieren seguir con Desirée

CARBALLO

Los vecinos le han pedido al arzobispado que lo mantenga al frente de esta parroquia de Zas

06 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Desirée Koukaou Tanoh, sacerdote de 34 años, natural de Costa de Marfil y cada días más integrado en la vida de la Costa da Morte, tomará el sábado posesión de su nuevo cargo como párroco (técnicamente, administrador parroquial) de las parroquias de Brandoñas y Brandomil, ambas en Zas. Oficiará las correspondientes misas de presentación a las 12.00 y a las 13.00 horas, cuando ya haya celebrado las de las otras dos parroquias de Mazaricos de las que también se seguirá haciendo cargo, Alborés y Os Baos.

Hasta ahí, todo lo habitual en estos casos, y conocido desde que el arzobispado tomó la determinación el pasado 9 de octubre. Ocurre que esta decisión no iba sola, sino que también le manda dejar la parroquia de San Tirso de Muíño, en Zas, donde también presta su ministerio hasta el momento.

Sin embargo, los feligreses de Muíño no están de acuerdo. Nada de acuerdo. Enterados en su momento de este cambio, celebraron una asamblea multitudinaria en la que decidieron pedir al arzobispo que mantenga a Desirée. Le enviaron una carta y otra al vicario territorial. También recogieron firmas y las compulsaron en el Ayuntamiento. Y el martes, aprovechando una visita del arzobispo a Mazaricos, una representación de los vecinos se desplazó al lugar, asistió a la celebración y hablaron con el él para pedirle, también de palabra, que no haya cambios y siga donde está. Todos están plenamente satisfechos de su labor, explica un vecino en nombre del resto.

Ninguna de las personas consultadas quiere que su nombre aparezca para evitar darse protagonismo, aseguran, y para recalcar el carácter colectivo de la petición.

Una feligresa señaló que el trabajo que realiza es «extraordinario. Leva sempre as contas, fixo unha Pascua impresionante, trouxo a confirmación despois de seis anos sen facela... Estamos todos moi contentos e queremos que nolo deixen».

Así las cosas, Desirée (lo más curioso es que ni siquiera lleva un año completo en este destino) sonreía al preguntarle por la situación. Él poco puede hacer, ya que debe obedecer a los superiores, y lo que tienen confirmado son las dos misas en Brandomil y Brandoñas. «No sé qué pasará en Muíño, no depende de mí», señalaba, consciente, eso sí, del enorme aprecio que le tiene en la parroquia que alberga uno de los mejores dólmenes de la Costa da Morte. Y, por lo que se ve y cómo lo cuentan, tal vez uno de los mejores curas.