«Nuestro objetivo no es el embarazo, es poner un niño sano en casa»

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

JACOBO AMENEIRO

«El gran problema de fertilidad, hoy por hoy, es la edad», advierte el experto en reproducción del Hospital Quirón

20 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con las felicitaciones lloviéndole por haber logrado la primera niña nacida en España sin la mutación genética más agresiva de las vinculadas con el cáncer de mama, el doctor Roque Devesa (Ferrol, 1963) lleva veinte años dedicado a la reproducción asistida. Se hizo médico en Santiago, cursó la especialidad en Santander, fue jefe del servicio de Ginecología en Povisa (Vigo) y después se integró en el Grupo Ron, primero en el Sanatorio Belén y ahora en el Hospital Quirón de A Coruña, donde dirige una unidad dedicada a tratar de hacer realidad los deseos de maternidad.

-La reproducción asistida sigue yendo a más, ¿no?

-Sí. Nosotros atendemos aquí a unas 600 pacientes al año. El gran problema de la fertilidad hoy por hoy es la edad. Cuando yo empecé la especialidad, en el año 90, la media de edad a la que la mujer tenía el primer hijo era de 22 años. Ahora está en 32. Entonces las estadísticas indicaban que aquí teníamos 2,2 hijos por pareja, ahora es 1,2. En Galicia tenemos de las tasas de natalidad más bajas. Debería hacerse más concienciación, más campañas sobre esto. Hay una edad para todo y las posibilidades de embarazo disminuyen a medida que se cumplen años. Es así y debería hablarse más de esto.

-¿A qué edad se logra el objetivo en el caso de las parejas que recurren a las técnicas de reproducción asistida?

-La media está en 38 años.

-¿Hay un límite para someterse a estos tratamientos?

-Legalmente no está claro. Pero es que además, al menos así lo creo yo, hay otras consideraciones a tener en cuenta a la hora de plantearse someterse a este tipo de técnicas. Nosotros no aceptamos mujeres a tratamiento por encima de los 50 años.

-Pese al diagnóstico genético preimplantacional.

-No, no. Ya digo, hay otras consideraciones. La adolescencia de los hijos es complicada según a qué edades. El diagnóstico genético preimplantacional es una técnica sofisticada en los laboratorios de reproducción y para unos casos específicos. Nuestro objetivo no es conseguir el embarazo, es poner a un niño sano en casa. Realmente, el diagnóstico preimplantacional disminuye el número de transferencias de embriones al útero tras la fecundación y también reduce el número de abortos. Pero no hay que hacerlo por hacerlo, tiene que haber unas indicaciones.

-¿Cuáles?

-Las mujeres añosas o los abortos de repetición son criterios ahora más dudosos. La indicación fetén es en enfermedades monogénicas. Es el caso común, por ejemplo, de parejas que ya tienen un niño con una patología y quieren evitársela a otro hijo posterior. En estos casos se hace algo muy parecido a lo que hicimos en el caso de Paloma y el cáncer de mama: se estudian los embriones para descartar que lleven la mutación y se transfieren los sanos.

-¿De qué patologías se trata?

-Hay muchas, la retinosis pigmentaria, la distrofia muscular de Duchenne, incluso alguna fibrosis quística... En teoría, según la ley española, todas las enfermedades monogénicas graves, de aparición precoz y sin tratamiento curativo posnatal estarían incluidas en el apartado de patologías sobre las que se podría hacer diagnóstico genético preimplantacional sin necesidad de solicitar autorización expresa a la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida. Pero no existe un consenso claro sobre conceptos como «grave» y «de aparición precoz», por eso es más difícil la valoración. Con el caso de Paloma por la mutación del BRCA1, pedimos permiso a la comisión nacional.

«Casos como el de la pequeña Paloma te hacen sentir muy bien»

Existen unos 7.000 trastornos de base genética conocida que pueden tener síntomas muy diferentes en gravedad e impacto en la salud. De ahí que los expertos en reproducción consideren complejo fijar un listado de enfermedades a las que se pueda aplicar de forma automática el diagnóstico genético preimplantacional para evitar que los padres se las transmitan a sus hijos. De forma general, creen que está indicado, sin necesidad de tener que solicitar autorización a la comisión nacional caso por caso, en grupos de enfermedades con trastornos hereditarios crónicos, severos y/o progresivos, que derivan en importantes discapacidades para las que no hay tratamiento curativo o que comprometen seriamente la calidad de vida de quienes nacen con ellas. De estas cuestiones charla también Roque Devesa.

-¿Se aplica mucho el diagnóstico genético preimplantacional?

-Imagino que habrá centros, como el Dexeus, que harán bastantes. Y, aunque es previsible que cada vez vaya a más, si somos estrictos con las enfermedades no son tantos los casos posibles. Se puede aplicar para muchas, pero ya hay pacientes que prefieren no tener hijos. Nosotros haremos una docena al año y casos como el de la mutación del BRCA1 por el cáncer de mama son contados. Para que naciese Paloma libre de ese gen malo que le supondría tener cerca de un 70 por ciento de posibilidades de desarrollar un cáncer de mama, lo novedoso no fue la técnica, sino el abordaje completo de todo lo que suponía y por parte de un equipo multidisciplinar. Primero, para tratar a la madre, con un cáncer a los 29 años, los cirujanos, los oncólogos... y que antes preservase su fertilidad vitrificando ovocitos. Y después toda la unidad de reproducción, las biólogas... para intentar que pudiese ser madre sin transmitirle esa mutación. Uno hace estas cosas no solo por éxito profesional, es que te hace sentir muy bien.