Intimidaciones, aislamientos, insultos, humillaciones. Todo esto lo sufrieron una mujer y su hija durante el tiempo que convivieron con un hombre que ayer se presentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial con la clara intención de reconocer los hechos e intentar que su abogado alcanzase un acuerdo con el fiscal para tener menor castigo. Como así fue.
La sección primera recibió al procesado como acusado de vejar y agredir a su pareja sentimental y a la hija de esta, menor de edad. En un principio, la Fiscalía pedía para él 8 años y 8 meses de prisión, además de privación del derecho a la tenencia y porte de armas y prohibición de aproximarse o comunicarse con la mujer y la hija 5 años.
Tras el acuerdo alcanzado con la defensa, la pena quedó en dos años. Los hechos por los que fue procesado se remontan al 2016, cuando reanudó la relación sentimental que había mantenido con la mujer e iniciaron la convivencia en un piso de A Coruña.
Según la Fiscalía, «prácticamente desde el principio» la sometió a «comportamientos violentos». Esta situación se haría extensiva a la hija, actualmente tutelada por la Xunta, cuando se fue a vivir con ellos. El Ministerio Público afirmaba en su escrito de calificación que «con la finalidad de imponer su voluntad sobre ellas», las sometió a maltrato emocional y físico.
Asegura que este consistía en intimidaciones, aislamiento, insultos y «reforzar su dominio sobre ambas».