Una voz para aquellos que nunca la tuvieron

luis lamela

CARBALLO

JORGE PARRI

EN PRIMERA PERSONA | ESCRIBE LUIS LAMELA | «(...) Los que hacemos la autopsia del pasado, los que ponemos el corazón en lo que hacemos, los que porfiamos haciendo recuento de injusticias; los que en este camino de recuperación de la Memoria Histórica opinamos para acotar y entender una realidad, y tomamos decisiones que pueden «molestar» a otros, sabemos que somos personajes incómodos (...)»

28 sep 2019 . Actualizado a las 17:43 h.

En 1987 comencé a investigar a un personaje -Pepe Miñones- y surgió la idea de que necesitábamos la memoria de la guerra civil, en aquel entonces casi inexistente. Y una vez recuperado Miñones y publicado el libro en 1991, la represión en Galicia se convirtió en mi leitmotiv, en mi pasión intelectual, entregando una parte importante de mi vida a ese fin.

Buscando en la Historia que dejó sin rostro a numerosos protagonistas de nuestro pasado, encontré a gentes con mucho dolor a sus espaldas que no habían podido alejarse de sus angustias, negándose a contar sus miedos. También a gentes con demasiados silencios y ambigüedades, mentiras y miradas con mala cara, pero igualmente encontré a otros que descansaron al contarme sus enormes tragedias, y en ocasiones escuché que el tema que investigaba no era ni actual ni atractivo, que no debería hablar de la guerra civil, que no debía mirar para dejar que el pasado no existiese, que ignorase aquella catástrofe humana. Gente que nunca mostró ni compasión ni pesar ni disgusto por lo sucedido, mirando para otro lado, escondiendo la cabeza.

El camino fue largo, años de trabajo en diversas direcciones para el mismo fin. Y hubo un tiempo en el que me sentí envuelto en una sensación de orfandad, a veces de frustraciones dolorosas, en tanto los medios de comunicación, salvo raras excepciones, seguían de espaldas al esfuerzo de recuperación de la Memoria Histórica.

Críticas

Y mientras recuperaba personajes olvidados y recordaba tragedias y horrores vividos, los símbolos de la Dictadura permanecían en las calles y plazas, presintiendo críticas a mis espaldas por mi trabajo, también de políticos progresistas. Golpes bajos y dolorosos, pero seguí recuperando el recuerdo y con él el trauma más profundo vivido por Galicia y España en mucho tiempo. Y con cada libro publicado observé que estaba abriendo un nuevo espacio para la conciencia, un nuevo presente para no romper con el pasado y sí con el olvido; solo por rebuscar en viejos y ajados papeles que reflejaban un mal sueño que había sucedido, y no era posible volver atrás.

Las investigaciones efectuadas para armar la monografía de Pepe Miñones fue la escuela en la que aprendí a moverme entre organismos públicos, viejos papeles, leyes y testigos de la época. La Capitanía General de la Región Militar del Noroeste, el Servicio Histórico Militar en Madrid, el Tribunal Militar Territorial IV de A Coruña, los Registros Civiles, las hemerotecas, los archivos de la Prisión Provincial, de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, el Histórico Nacional y la Dirección General de Policía; el del propio Miñones en manos de sus hijos, y el de Rafael Mouzo Lago, a la sazón, alcalde de Corcubión; el Servicio Histórico Militar, los Ministerios de Justicia y Presidencia del Gobierno, el de Relaciones con las Cortes, el Consejo Supremo de Justicia Militar..., un largo y laborioso camino en el que me formé como investigador.

Formación

Pero para todo este recorrido, también tuve que formarme en leyes como la Ley Orgánica del Poder Judicial, Ley Procesal Militar, Ley del Patrimonio Histórico-Artístico; de Archivos de la Xunta de Galicia, de Régimen Local, Ley de Registros Civiles, Código Penal, Ley de Enjuiciamiento Civil y analizar la Constitución Española..., instrumentos legales en los que me apoyé para luchar contra las muchas negativas y atrancos encontrados en el camino.

Los que ponemos voz a los que nunca la tuvieron, los que hacemos la autopsia del pasado, los que ponemos el corazón en lo que hacemos, los que porfiamos haciendo recuento de injusticias; los que en este camino de recuperación de la Memoria Histórica opinamos para acotar y entender una realidad, y tomamos decisiones que pueden «molestar» a otros, sabemos que somos personajes incómodos y no podemos evitar dejar «cadáveres» en las cunetas. Y que existen determinados políticos -también de izquierda, que están siempre llamando a las puertas del cielo, llamado poder? que nos miran con recelo, notándolo a través de pequeños detalles y elocuentes silencios.

DNI. Luis Lamela. Luis Lamela García nació en Corcubión en 1945. Estudió en la Escola Oficial de Náutica de A Coruña, trabajó en la Marina Mercante y desarrolló también varias actividades profesionales en el sector financiero gallego, llegando a ser subdirector de área en Caixa Galicia. Trató de recuperar la memoria de la Guerra Civil en Galicia, y aún más, una actividad investigadora que iniciaría a finales de los ochenta. Colaborador de diversos medios, entre ellos La Voz de Carballo, tiene diversos títulos publicados, tanto de ensayo como de narrativa. Por su labor ha recibido asimismo diversos premios.