La mitad que aún está «moi illada e moi soa»: las mujeres rurales

C. V. G. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

El GDR celebró el Día Internacional das Mulleres Rurais con ocho ejemplos de la Costa da Morte

16 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Teresa Ferreira, la presidenta de la asociación Neira Marcos de Salto, dice en el vídeo que la entidad ha sido fundamental para sacar de casa a buena parte de la población femenina de la comarca que estaba «moi illada, moi soa» y que sigue estándolo. Esa todavía tremenda desigualdad es la que se desprende de los ocho vídeos que el GDR Costa da Morte presentó ayer en la Casa da Cultura de Vimianzo para conmemorar el Día Internacional das Mulleres Rurais.

Liana y Lucía Quintela, de Carnota, son las más jóvenes, solo unas niñas, pero la soledad que se percibe en todas las historias también las afecta a ellas. Son las únicas de su clase que juegan al fútbol. En su relato, como en el de las demás, aparece la reivindicación y la bravura, otras dos características de la mujer rural.

Son dos cualidades que exhiben Florentina Atán, de Mazaricos, y Josefa Carrera, de Muxía, nacidas unos 60 años antes que las mellizas carnotanas. Tanto la taxista mazaricana como la percebeira muxiana lo fueron no por vocación, sino por pura necesidad. Ambas narran que tuvieron que hacerse respetar y que lucharon para conseguir una vida mejor para su progenie. «Elas non habían de saber onde collía os percebes», dice Josefa de sus hijas. La pasión de Florentina no era conducir, sino coser.

Isabel Tomé, maestra de Cee, intentó romper el patrón de hija que ayuda en casa e hijo que conduce el tractor que aún se repite, igual que la ganadera Dorinda Moledo de Dumbría que cuando era joven tenía claro que no quería vacas y que ahora tiene 70, que trabajó con la ilusión de tener una vida mejor y que ahora dedica su tiempo libre a «pasar o ferro e recoller a casa».

Teresa Ferreira habla de la labor de cuidadora de la mujer rural, ella que lo es en la vivienda comunitaria y también en su casa y en ese ámbito se mueve Dolores Fernández, responsable de Aspaber, que no concibe su vida fuera del centro, pero que aún recuerda que su hijo echaba de menos que no lo recogiera en el colegio. Y el caso de Carmen Ribeiro, de Zas, que recuperó el trabajo del lino, que era de mujeres.

Los vídeos

Un encuentro intergeneracional en la Casa da Cultura de Seaia

El Concello de Malpica y la asociación Visibles organiza el primer Encontro Interxeracional de Mulleres Rurais, que se celebrará el sábado en la Casa da Cultura de Seaia, a las 17.00 horas.

La jornada servirá para que mujeres de distintas edades, parroquias, formación y perfil laboral compartan sus experiencias de la vida. La única conexión entre ellas es, además del sexo, su implicación de la vida rural.

Las conversaciones servirán para evaluar el modo en que ha cambiado la situación de la mujer en el último medio siglo, según aseguran los organizadores.

Logros y desigualdades

La idea es destacar los logros obtenidos y denunciar las injusticias y desigualdades que se mantienen en un ámbito cada vez más envejecido y despoblado, donde, además faltan recursos para que las mujeres puedan desarrollar su potencial.

La actividad está abierta a todas las personas que estén interesadas en el tema. El acceso es libre y gratuito.