La gallega Jéssica Bouzas gana a Paula Badosa y avanza en el Másters de Madrid

Las mascarillas ya se compran en las farmacias de la Costa da Morte por cajas y lotes

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

Las boticas cuentan con existencias para hacer frente a la gran demanda de EPI

22 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Día 11 de abril. En plena expansión de la pandemia la mayor parte de las farmacias de la Costa da Morte se las veían y se las deseaban para conseguir una simple mascarilla quirúrgica. Y si lo lograban tenían que pagar un precio desorbitado: hasta 2,34 euros la unidad. Y con respecto a las FFP2, alguna distribuidora llegó a pedir 21 euros (más IVA) por una unidad. El colapso era de tal magnitud que en algunas boticas llegaron a tener listas de espera de entre 50 y 300 personas.

Pero la fijación de precios por parte del Gobierno (0,96 euros la unidad de la denominada quirúrgica) y la constante distribución de EPI en la Costa da Morte por parte de la Xunta, la Delegación del Gobierno, la Diputación y los concellos lograron equiparar la oferta a la demanda y, por tanto, frenar los precios.

Pero los temores regresaron ayer con la entrada en vigor de la norma que obliga a llevar mascarilla a partir de los 6 años de edad, salvo en dos escenarios: que la persona sufra problemas respiratorios diagnosticados por un facultativo o que uno vaya a hacer deporte de forma individual. Y viendo los precedentes, el que más y el que menos se quiere aprovisionar de mascarillas para no quedarse sin existencias. Las compras ya se hacen por cajas y lotes. A lo grande.

ANA GARCIA

«En tres horas despaché 500 mascarillas, y tengo que hacer varios pedidos al día»

Irene Baña Tajes, gerente de la farmacia de Bértoa, ya había vendido ayer más de 500 unidades en apenas tres horas: «Venderíamos unas seis cajas de las quirúrgicas y nos quedarán en stock otras seis. De las FFP2, unas 100 unidades y de las infantiles también quedan, pero no muchas». En su caso, y dada la gran demanda, tiene que realizar varios pedidos a lo largo del día: «De cada vez suelo pedir entre seis y diez cajas y hasta ahora las distribuidoras nos sirven sin problemas». Y con respecto a la clientela, hay de todo, pero los hay que compran las mascarillas quirúrgicas de caja en caja; es decir, 50 unidades [48 euros la caja]; y de las FFP2, hay clientes que las adquieren en paquetes de diez unidades, aunque en este caso son autónomos y empresarios los que más las demandan.

«As FFP2 véndoas a 6 euros a unidade, pero chegaron a custar 12 euros en abril»

En la botica de Quintáns, situada en la parroquia de San Martiño de Ozón, en el término municipal de Muxía, Luis Alberto Gómez, apuntó también en la misma dirección que su homóloga Irene Baña: «Hai un incremento da demanda, pero agora a oferta tamén aumentou. Temos de todos os tipos, incluídas para os nenos, aínda que as infantís son algo máis difíciles de conseguir». Pero este farmacéutico de Carballo aporta un dato sobre cómo se ha estabilizado el mercado en apenas cinco semanas: «As FFP2 vendémolas a 6 euros, cando a comezos de abril o prezo de compra non baixaba dos 12 euros, e había distribuidoras que pedían 15 euros por unha; eu negueime a compralas, porque me parecía ilóxico facelo».

Las infantiles son las que más escasean, y en algunas boticas no las tienen a la venta

Mientras las mascarillas para adultos no escasean, no se puede decir lo mismo de las infantiles, donde no hay oferta suficiente y en algunas boticas no las tienen todavía a la venta.

José Guillén, de Farmacia Guillén Alonso, en la céntrica praza da Constitución de Cee, también ha notado un claro repunte de la demanda, coincidiendo con la entrada en vigor de la nueva normativa: «Facemos paquetes de seis máscaras da cara das cirúrxicas, e a xente xa leva dous ou tres paquetes de cada vez. E das FFP2 levan lotes de dez, pero polo de agora temos existencias». Sí tiene problemas para surtirse de mascarillas infantiles. «Non as temos, e polas canles habituais de distribución non as consigo», señaló. Y es que precisamente estos EPI infantiles están siendo el principal caballo de batalla en el sector por la escasez de oferta, precisamente en un momento en el que su uso se ha hecho obligatorio a partir de los 6 años.