Aparcar en algunas playas de la Costa da Morte es casi una odisea en verano
CARBALLO
Los festivos de buen tiempo rompen las previsiones de los concellos. Laxe se ha quedado, además, sin buena parte del aparcamiento en el campo de O Escaravello. La falta de transporte público tampoco ayuda
26 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.«Non imos rebentar máis o sistema de dunas para facer aparcadoiros». El concejal fisterrán Xan Carlos Sar tiene claro que para los servicios hay un límite y ese tiene que ser la defensa de la naturaleza. En Baldaio lo intentaron con pasarelas para los peatones, postes y cuerdas, pero los turismos siguen estacionando sobre la vegetación dunar y todos los veranos es necesario sacar algún coche que se ha adentrado demasiado en la arena. Algo parecido sucede en A Pedra do Sal, cuando no son los propios automovilistas los que estacionan sin la menor consideración y dejan encajonados coches que han llegado antes. Peor se ponen las cosas cuando se trata mantener el paso expedito para posibles servicios de emergencias. «Hai algúns que quitan os conos para poñer os seus coches», explicó un responsable municipal con lo que ocurre en ocasiones en las playas de Ponteceso.
Es un problema extendido, especialmente en días como el de ayer, un festivo en el que lució el sol. En algunos lugares resultó difícil encontrar estacionamientos adecuados, pero cada vez es más habitual que los concellos intenten habilitar lugares para dejar los coches. En Corcubión y en Malpica la mayor bolsa de plazas están en los puertos. En teoría, Portos no permite utilizar los muelles de este modo, pero las normas se hacen más laxas porque de otro modo sería imposible encontrar dónde dejar el automóvil en esas localidades. En casi todas partes es posible aparcar, pero en muchos arenales hay que armarse de paciencia y, sobre todo, estar dispuesto a una buena caminata.
También depende mucho del tipo de playa. Las hay que son utilizadas básicamente por los vecinos, como la de Beo, en Malpica, donde resulta muy complicado encontrar estacionamiento, en tanto como otras, como la de A Langosteira, son mucho más concurridas. El Concello tiene habilitadas cuatro zonas de aparcamiento, pero en muchas ocasiones son insuficientes y lo mismo ocurre en Balarés, donde desde hace años hay un espacio para aparcar que normalmente no suele dar problemas.
También en Caión hay un amplio aparcamiento en el pueblo, pero los que quieren estar más cerca del arenal deben, muchas veces, aparcar por las pistas, sobre todo por la que lleva a Baldaio.
Sin buena parte del aparcamiento en el Campo do Escaravello, Laxe
Desde hace unas semanas, el Campo do Escaravello, en pleno centro de Laxe y muy cerca de la playa, está vallado. En veranos anteriores está área de casi 12.000 metros cuadrados servía de aparcamiento, también para autocaravanas. Esta ha sido la razón por la que los propietarios decidieron impedir que siguiera siendo utilizado para los vehículos. Según fuentes de los dueños, el abogado de la familia les recomendó impedir que prácticamente se acampe allí porque en el caso de que hubiera algún incidente sería la propiedad la responsable, puesto que el terreno no está habilitado para este tipo de servicios. Solo han quedado expeditos menos de 1.000 metros cuadrados, que serían una parte que tiene el Concello, aunque la delimitación todavía está en litigio. La cuestión es que los dueños y el Ayuntamiento siguen sin ponerse de acuerdo qué parte corresponde a cada cual. En todo caso, el cierre de este gran solar pone las cosas mucho más complicadas a los que quieren pasar un día de playa en Laxe, porque no hay demasiados aparcamientos urbanos y la población se multiplica durante el verano, lo que implica la necesidad de encontrar plazas para muchos más coches.
La falta de un transporte público adecuado hace imprescindible moverse en coche
La falta de transporte público hace que prácticamente sea imprescindible llegar a la playa en coche, excepto en el caso de las urbanas, a las que los vecinos pueden llegar caminando. Una de las quejas se refiere al traslado a la playa de Razo. Los fines de semana solo hay un autobús de ida, a las 14,30 horas, porque el de vuelta es a la mañana siguiente a primera hora, lo que hace inviable utilizar el transporte para ir a darse un baño. Algo más fácil lo tienen en A Laracha. Poco antes de comer pueden ir a Caión y regresar a media tarde. Si lo que se quiere es ir más lejos, es posible salir a las tres de la tarde en dirección a Malpica, con paradas en Beo o Barizo también y llegada a Corme, pero el regreso no es posible hasta las 22,30, lo que hace que el día de playa acabe ya sin sol.
Otro problema es que buena parte de los servicios son durante la semana. Están pensados para ir a centros médicos o educativos, por lo que no los hay sábados, domingos y festivos.