El Eloane dejó un largo rastro de basura y objetos inutilizables

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

Ana Garcia

Los ánimos raqueros de muchos vecinos se tienen que conformar con el tabaco y unos sofás que duraron pocas horas en la playa

19 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado dos semanas ya desde la caída al mar de los contenedores del Eloane y en la comarca sigue siendo tema de conversación prioritario junto a la virulencia del temporal. Lo explican las expectativas que supuso ver las playas llenas de objetos y la esperanza, más o menos confesada, que mucha gente depositó en que las olas y las corrientes trajesen bienes de valor. Lo hicieron sobre todo en forma de tabaco -si se puede considerar un bien algo tan dañino para la salud- hasta el punto de que hubo marineros que salieron a posta para dar con algunos cartones y otros que dejaron de lado el aparejo para centrarse en los cigarrillos. De hecho hay cantidades importantes circulando por la zona, alguno en mano de menores, como denunciaron en Camariñas. Sin embargo, lo único que se podría decir de valor, ya que el de la leche en polvo arrastrada por el mar es discutible y los botes de tinta parecen anecdóticos, son los sofás de piel que llegaron, sobre todo, a la playa de O Rostro. El ceense David Trillo los vio y fotografío el primer día, pero solo unas horas después habían desaparecido «os de coiro bo, os de tea seguían alí». Se trata de la excepción, lo que más ha dejado el Eloane es basura, alguna ya recogida y otra en el mar y las playas expuesta a lo que el tiempo le depare.

El aislante de los contenedores llega ya hasta las dunas y zonas de bosque

Los contenedores de transporte marítimo en sí no resultan agentes especialmente contaminantes, más allá de lo que pueda suponer la oxidación del hierro, pero, al margen de su carga, sí hay veces que presentan otros elementos verdaderamente molestos y casi imposibles de limpiar. Se observa perfectamente en los trozos llevados por Salvamento hasta el puerto de Corme. En ellos se ve la cámara interior de porexpan, una espuma aislante. Ya desprendida de las láminas metálicas se deshace con facilidad en infinidad de fragmentos de tamaño cada vez más pequeños. Incluso la curiosidad de las gaviotas con su picoteo ayuda a desgajarla, lo que, sumado a su propio peso, hace que, por ejemplo en O Rostro, llegue hasta las dunas y a zonas boscosas.

Los fragmentos de plásticos son el primer contaminante marino

Lo dicen instituciones internacionales e incluso hay colectivos de la zona, como Mar de Fábula, que los tienen en el centro de la diana. Los plásticos son un elemento principal entre los contaminantes del medio marino, ya que se calcula que cada segundo se vierten 200 kilos de este producto a los océanos de la Tierra. Y la realidad es palpable aquí en la Costa da Morte, con ejemplos como el de la playa de A Ermida, en Ponteceso, que presenta entre la arena miles -probablemente millones- de fragmentos. No se trata de una excepción, porque más o menos a la vista, están presentes en todos los arenales de la zona y ya empiezan a entrar en la cadena trófica de los animales marinos.