Benito Paz Trelles: «Nas pinturas do viacrucis inclúo o territorio e os personaxes de Galicia»

El centro social de la parroquia de Carballo acoge desde hoy por la noche (inauguración a las 20.30 horas) y hasta el 12 de abril la exposición Vía Crucis en Galicia (El Camino de la Cruz) de Benito Paz Trelles. Son 18 pinturas sobre el camino de Jesús para ser crucificado desde el peculiar punto de vista de este artista que, por sí mismo, ya merecería también una muestra.

 Nacido en San Martiño de Moaña hace 80 anos, su vida tiene muchos cabos de los que tirar. Fue ordenado sacerdote cuando se levantaba el Muro de Berlín, el 13 de agosto de 1961, en una promoción de 64 curas. El primer destino, como coadjutor, fue Fisterra. Allí estuvo con el párroco Luciano Moreira Carracedo. Poco duró su estancia, ya que de a los nueve meses el obispo lo reclamó para ser profesor en el Seminario Menor de Matemáticas, Dibujo y Música.

Ahí se acabó su oficio pastoral ordinario, aunque diera misa a los seminaristas. Así que su experiencia de calle se limita a Fisterra. «Foi fantástica, moi agradable. Ademais, fíxenme cargo da coral que había alí, de moito rango», recuerda. Le quedan imágenes, como cuando en septiembre del 62, junto a otros vecinos, pudo ver en uno de los cuatro televisores que había en Fisterra la apertura del Concilio Vaticano II. O la recuperación de la procesión marítima por el Carme, en septiembre.

En Santiago pasó un tiempo, pero su vida de estudio era incesante. Se fue a Roma y se graduó en Teología. De ahí, a París, nada menos que en pleno mayo del 68, donde cursó estudios bíblicos en hebreo y griego en un centro dependiente de la Sorbona.

A la vuelta le tocó ser profesor de Religión, tres años, en un centro de Placeres, Pontevedra. Después, en el instituto Zalaeta de A Coruña, cinco años. Y en el 77, hace cuarenta años justos, pidió la secularización. Abría un nuevo capítulo en la segunda parte de su vida, que se completaría con un matrimonio en el 78 y la llegada de los hijos.

Había que trabajar, y pese a que varios compañeros presionaron para que siguiera dando clases de religión, entonces las cosas no eran como ahora, y tuvo que buscarse la vida, por ejemplo con un negocio de alimentación. «Traballaba no que podía», recuerda. Un tiempo más tarde, por el 82, el Calasanz lo llamó para ser profesor de gallego. Como tenía la licenciatura de Teología, si pasaba un examen quedaba capacitado, ya que entonces aún no había Filoloxía Galega. «Presentámonos 300 candidatos e aprobamos 75», explica.

Justo ese año comenzó a impartirse esa carrera en Santiago y aprovechó para cursarla y licenciarse, al mismo tiempo que daba clase. Ya quedó como titular en el Calasanz (también dio clases de música), donde se jubiló en el 2001, justo el día en el que ocurrió el atentado en las Torres Gemelas.

Pero no acabó ahí su afán erudito. Con 73 años decidió estudiar la carrera de Bellas Artes, en la que se licenció con 78, en mayo del 2015. Pese a que era evidente que no se trataba de un chaval, no aparentaba los que tenía. «E eu procuraba non dicir a miña idade», bromea.

Qué es

Con todo este bagaje a sus espaldas ya es complicado definirse. «Eu digo que fun profesor de galego e de música», resume. La música no es un tema menor. De hecho, es el organista del santuario de Pastoriza, en Arteixo, desde 1979. Y aún queda la pintura, que es lo que lo trae hoy a Carballo. Una vocación de mucho tiempo: «Fixen a carreira agora, pero é algo que xa me viña de pequeno, por iso daba clase de debuxo. E xa fixen unha exposición no 65».

El viacrucis que ha diseñado es muy particular: «Nas pinturas do viacrucis inclúo o territorio e os personaxes de Galicia, algúns históricos, e outros de actualidade». La primera es de octubre del 2014, y las otras, entre febrero y mayo del 2015, como proyecto final de licenciatura. También incluye un libro en el que explica todo ese proceso creativo».

Estudió Teología en Roma y cursó estudios bíblicos de hebreo y griego en la Sorbona de París

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