La sala A Revolta sigue revuelta

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CARBALLO MUNICIPIO

09 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Allá por el mes de noviembre del 2015 (el tiempo vuela) uno de los responsables de la antigua sala de fiestas A Revolta de Carballo anunciaba que en breve sellaría de nuevo todo su entorno. La valla delantera ya no cumplía su función y las puertas laterales empezaban a ser un coladero, generalmente de quienes no lo hacían con ánimo antropológico, sino para causar aún más destrozos o llevarse alguna cosa. Durante los últimos años ya había habido algunos incendios y actos de pillaje, que iban a más.

A casi dos años vista, la cosa no sigue igual, sino que va a peor, con el peligro que eso tiene, de seguridad e incluso de salubridad. Para algunos, la atracción es incluso estética. Un célebre (para sus cientos de miles de seguidores, claro) youtuber se acercó al lugar para grabar una imágenes, que fueron muy comentadas. Seguramente nadie le explicó que mucho antes de que él naciese, y hasta hace apenas 17 años, ese local ató y desató parejas, acogió grandes actuaciones, y puso altavoz a la mejor música del momento. Ahora es (sigue siendo) un local oscuro, húmedo, lúgubre, con destrozos por todas partes, incluso con restos de alguna entrada o de vasos con las huellas de las últimas copas que se sirvieron en ellos. Una pena: por la nostalgia, la memoria, la estética y el sentido común. Menos mal (será por el peligro) que aún no han robado el gran foco del techo, que lanzaba un intenso haz de luz que seguramente sorprendería a los aviones, y que en tierra se veía, como un faro moviéndose a lo loco, desde muchos kilómetros.

Así está ahora A Revolta, un nombre que quedará para siempre en la memoria de muchos (por cierto, situada muy cerca del emplazamiento original de Carballo), pero que las generaciones más jóvenes asocian con La Factoría o Diva Dance, que fueron sus últimas denominaciones. No le dieron mucha suerte, aunque también es cierto que se los pusieron cuando el negocio clásico de las discotecas empezaba a morir: lo de pagar caras entradas con derecho a consumición para echarse unos bailes o tomar algo era propio de otros tiempos. Tiempos en los que, algunos días, las colas de coches ocupaban toda la avenida de A Revolta y desde luego los alrededores. Tal vez si en el cambio de ciclo se hubiesen adaptado a los tiempos, las cosas no serían como son, pero es complicado. Lo que le pasa a la revuelta A Revolta es lo mismo que han padecido otras grandes instalaciones, de la comarca y del resto de Galicia. Poca gente de más de 30 años no tendrá algunos de esos nombres aún en su cabeza: la Dudas, Vértigo, Galaxia, Xallas, Noa, Teyma, A Vieira.... Y unas cuantas más. Pero, más que recuerdos, lo que hace falta es vallar el lugar donde aún se cobijan.