El casco urbano carballés llega por primera vez a los 20.000 vecinos

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

El conjunto de las 18 parroquias suma 31.406 habitantes, una cifra en alza

11 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El núcleo urbano de Carballo acaba de superar los 20.000 habitantes, según los datos del padrón municipal. Es la primera vez en la historia que alcanza esa simbólica cifra, que se le resiste desde hace años. Hace cuatro años justos estaban censados 19.220, así que el crecimiento neto ha sido de casi 200 por año. El empuje demográfico se aprecia cada día en los parques o en las matrículas de los colegios, pero también hay que tener en cuenta la emigración, los fallecimientos o el hecho de que muchos nuevos residentes aún no se han dado de alta en el Concello.

En el INE, la cifra oficial que aún figura en cuanto a la suma oficial de residentes es de 31.256 personas. Sin embargo, está desfasada. La cifra real en el municipio al completo (las 18 parroquias) es de 31.406 vecinos. Hace ya 21 años que el casco urbano le dio la vuelta a la estadística histórica, desbancando al resto de parroquias en número de residentes, y desde entonces la brecha se ha ido agrandando. Aldemunde es la parroquia con menos vecinos, apenas 90, y una de las cuatro de la comarca que están por debajo del centenar, junto a Buiturón, Leis (Muxía) y Verdes.

En el puesto 228 de los municipios españoles

Los 31.406 vecinos lo sitúan entre San Andrés del Rabanedo, en León, y Santa Pola, en Alicante

 

Con los datos de ayer, Carballo en su conjunto se encuentra en el puesto número 228 por población de todos los municipios españoles, que son 8.124. Los 31.406 vecinos lo sitúan entre San Andrés del Rabanedo, en León, y Santa Pola, en Alicante. Hace 5 años estaba cinco plazas más abajo. El crecimiento es lento, pero aún le queda mucho para llegar al top 200 (el corte está en los 25.500 habitantes).

Hasta el 2009, las ganancias de población eran continuas, con gran peso de la emigración, ahora mucho más reducido. Cuatro años antes, en el 2005, el municipio llegó a la simbólica cifra de los 30.000 habitantes. Para los 31.000 hubo que esperar tres años, en el 2008. A este ritmo, tal vez en el 2018 llegue a los 32.000, pero el salto debería ser tremendo y que la recuperación económica confirmase plenamente, con nuevas incorporaciones del extranjero. Hay datos optimistas que avalan la tendencia de crecimiento, como el poder estadístico de la población infantil, ya que cuatro de cada centenar de vecinos tienen 4 o menos años, y en otros municipios no lejanos están en el 2 %, o menos. El aumento de naves industriales y los correspondientes puestos de trabajo también contribuyen a animar el saldo vegetativo. Además, los 20.000 empadronados en el casco urbano sitúan a Carballo entre las localidades con más habitantes de Galicia, tras las siete grandes ciudades, Narón y Vilagarcía, aunque en este caso por la unión de varias parroquias, un hecho imperceptible en el entramado urbano. A nivel de municipio, los datos de población definitivos de este año dirán si carballo conserva el undécimo lugar o pasa a Arteixo.

Ya es casi una ciudad

 Carlos Puga

Hace prácticamente cuarenta años que llegué por primera vez a Carballo, y en aquellas fechas

el casco urbano apenas pasaba de los 10.000 habitantes. Estos días se hace público que ese

mismo casco acaba de alcanzar la cifra de 20.000 vecinos, con lo cual nos encontramos que casi dos terceras partes de la población total del municipio se encuentran en el entorno

urbano. Volviendo la vista al principio de esos años ochenta, y tratando de comparar aquellos tiempos con los actuales, es evidente que la evolución de Carballo, en su condición de cabecera de comarca, ha sido enorme, sobre todo si la comparamos con todos aquellos municipios colindantes en los que, bien al contrario, el fenómeno de la despoblación se está mostrando, año tras año, en toda su crudeza.

Es cierto que, en general, los movimientos de población desde el pasado siglo XX tienen la característica común de progresiva concentración en las grandes o medianas ciudades, en perjuicio de las de menor dimensión. Las razones para ello son diversas, pero entre las más importantes figuran no solo la supuesta mayor facilidad para conseguir un puesto de trabajo, sino también la mayor diversidad y amplitud de servicios de toda índole a disposición de los ciudadanos. Precisamente esta mayor oferta es, posiblemente, una de las causas de que el incremento del censo urbano en Carballo se concentre en los segmentos más jóvenes de población, lo que suele llevar consigo asimismo el incremento de la tasa de natalidad.

A esa dinámica poblacional no ha sido ajeno Carballo. Es cierto que el desarrollo de la trama urbana de todas las ciudades viene condicionado por factores diversos, pues no es igual el caso de villas históricas dotadas de núcleos tradicionales a preservar, que aquellas otras, como puede ser el caso de Carballo, que carecen de ese sustrato histórico y no pueden presumir de una zona monumental que sirva de incentivo al desarrollo del resto del municipio. En ese sentido, hemos de reconocer que a finales de los años setenta del pasado siglo la visión que de Carballo se ofrecía al visitante no era nada atractiva en términos de belleza u ordenación urbana. Había mucho trabajo que hacer. Y la verdad es que poco a poco, y sobre todo en lo que llevamos de este siglo XXI, se fue avanzando en la trama urbana, apoyándose en los nuevos polígonos y actuaciones, de tal forma que nos vamos acercando a la ciudad

moderna que a todos nos gustaría tener.

Y en esa nueva imagen de la ciudad es relevante el proceso de transformación y humanización afrontado en esta última década en distintas áreas, pero muy especialmente en el entorno central que rodea la Praza do Concello. Y es que no podemos dejar de señalar que hoy en día es muy difícil encontrar ciudades del tamaño de Carballo que no dispongan de amplias zonas céntricas para el disfrute de los ciudadanos, en los que los vehículos pasen a tener el carácter secundario del que nunca debieron salir.

«Aquí tenemos todos los servicios»

Víctor Prado Lorenzo, empleado de banca de 32 años, es de A Coruña, pero está empadronado en Carballo desde hace casi tres años

 

Víctor Prado Lorenzo, empleado de banca de 32 años, es de A Coruña, pero está empadronado en Carballo desde hace casi tres años, donde vive desde aproximadamente el doble. Él, su mujer, Fani Esmorís, nacida en Carballo, y su hijo Mateo, que tiene algo más de mes y medio, y que también se ha empadronado recientemente en la localidad. Seguramente no le ha tocado ser el 20.000 exacto (la ley de protección de datos impide conocer las identidades), pero no le ha ido lejos. Víctor asegura que en Carballo está (están) «de maravilla». No le envidia nada a su ciudad natal: «Aquí tenemos todos los servicios. Puedes ir a pasear, comer, comprar. No le falta de nada», explica. Añade: «Carballo es un lugar confortable, muy habitable y tranquilo, me gusta para vivir». Como él, son cada día más los coruñeses, o de su área, que optan por Carballo.