Once años y medio de prisión por apuñalar seis veces a su exmujer en Carballo

Antonio Longueira Vidal
T. Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANGEL MANSO

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de ratificar la condena impuesta en marzo por la Audiencia Provincial de A Coruña

13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia lo tienen tan claro como en marzo lo tenían en la Audiencia Provincial. Marcelo Ernesto Remersaro Velázquez, nacido en Uruguay en 1969 y residente en Carballo, debe ser condenado a once años y medio de prisión porque en la madrugada del 15 de enero del 2017 atacó por la espalda a su exmujer y le propinó seis puñaladas cuyas consecuencias, por suerte, no fueron más graves gracias a la cazadora de cuero que portaba la víctima. De lo contrario, «de ser máis profundas, afectarían aos seus órganos vitais».

Los magistrados del alto tribunal gallego confirman así la condena dictada inicialmente y le imponen la prohibición de aproximarse a su exmujer a menos de 500 metros y de comunicarse con ella por cualquier medio durante trece años y medio, además de tener que abonarle una indemnización de 30.000 euros. El TSXG rechaza con este fallo el recurso presentado por el acusado.

Concluye así un proceso que arrancó cuando el condenado atacó a la que ya era su exmujer en el aparcamiento carballés de O Rego da Balsa. Ella había salido a divertirse con un grupo de amigos y en un momento dado de la madrugada del 15 de enero del 2017 su exmarido entró en un local, situado en la rúa Ourense. Tomó algo y al salir él le propuso acompañarla. Ella no quería, pero él insistió sin mediar palabra durante el trayecto. Cuando la mujer trataba de abrir la puerta de su coche, el condenado sacó un arma punzante y se la clavó dos veces en la espalda, otras dos en los brazos, una quinta en el pecho y una sexta que no llegó a ser profunda, pero le rajó la cazadora de cuero a la altura del estómago.

La víctima relató a La Voz el 22 de marzo que había estado casada con este hombre 27 años y que había puesto fin al matrimonio. Dijo que había sufrido tratos vejatorios por parte de su ya exmarido, constantes insultos como «zorra» y otro tipo de comentarios como «de la cárcel se sale, pero del cementerio no».