La importancia de conocer lo propio

Marta López CRÓNICA CIUDADANA

CARBALLO MUNICIPIO

11 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Real Academia Galega, Víctor Fernández Freixanes, contaba ayer a La Voz de Galicia que el primer paso para que a un autor se le dedique el Día das Letras Galegas, es que la sociedad conozca su legado, que se tenga constancia de su contribución al pueblo, de su didáctica, de su trabajo en favor de sus vecinos.

En Carballo ha despertado en los últimos meses un movimiento social que pide no solo la puesta en valor del legado de Alfredo Brañas, sino que también le propone como firme candidato a ser homenajeado un 17 de mayo. Brañas cumple de sobra el principal requisito que impone la Academia, haber fallecido hace más de 10 años (hoy homenajean el 160 aniversario de su nacimiento), pero no está tan claro que su trayectoria vital sea conocida por todos los carballeses. Más allá de que da nombre a uno de los institutos de la capital bergantiñana... Quizá muchos desconozcan que fue uno de los impulsores del regionalismo, o que está enterrado en el Panteón de los Gallegos Ilustres, o que tuvo una interesante carrera política en Santiago de Compostela.

Pero esta circunstancia no solo se da con Alfredo Brañas, ni mucho menos: Labarta Pose, Urbano Lugrís, Fernando Blanco en parte, Evaristo Martelo... Figuras locales de las que sus convecinos saben más bien poco. Nos enseñan en nuestra etapa de estudiantes vida y obra de Karl Marx, de la monarquía española, de Adolf Hitler, de Franco... Y de las personalidades o máximos exponentes de la cultura de nuestros respectivos municipios desconocemos hasta sus nombres completos.

La imposición de un modelo educativo único o las breves estancias de muchos docentes, unidas a sus procedencias, hacen que en la escuela aprendamos más de la historia alemana del siglo XX que de nuestras propias raíces. Sería interesante que en las aulas se hablase de cómo la Costa da Morte vivió el conflicto civil español, de cómo algunas casas tenían escondrijos secretos para prestar ayuda a los fugitivos del régimen; de cómo se vivió la época feudal; del nacimiento de los actuales límites municipales; de las costumbres labriegas; de la artesanía y la tradición; del drama migratorio... Hay tanto por enseñar... y parece que uno no comienza a ser consciente hasta que es adulto y participa en actividades promovidas por asociaciones privadas o por los concellos, que muchas veces hacen lo que buenamente pueden.

La identidad local comienza por conocer nuestra propia historia: de dónde venimos y las cosas por las que pasaron los que vivieron antes de nosotros.