Un estudio arquitectónico propone unir mámoas y minas abandonadas

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Un cormelán diseña un recorrido para potenciar el patrimonio de la comarca

27 feb 2019 . Actualizado a las 11:18 h.

De momento es un proyecto arquitectónico diseñado al milímetro, pero sienta las bases para que alguna Administración (o varias) lo ponga en práctica. En concreto, para que «a través de la acción de caminar se pongan en valor cientos de monumentos megalíticos casi sin descubrir, minas y otros elementos productivos abandonados en todo el ámbito de la Costa da Morte». Así lo describe en la memoria del trabajo el arquitecto Xiao Pujol-Soliano Regueiro, quien en su proyecto de fin de carrera ha ideado un recorrido que daría otro relieve a espacios ahora mismo dejados de lado, vinculados todos ellos a la zona litoral de la comarca, desde Carballo hasta Fisterra, aunque con todo él ámbito territorial ligado a ella.

Denominado O Camiño das Pedras. Glosario Arqueológico-Minero de Monte Neme. El paisaje como estructura narrativa, la cumbre que enlaza Carballo con Malpica es la parte central de este trabajo leído en la Universidad de Sevilla, con el que obtuvo la calificación de matrícula de honor.

La familia materna de Pujol Soliano es originaria de Carballo (los Regueiro marcaron una época sobre todo en la primera mitad del siglo pasado). En la carrera se formó entre Sevilla, Chile y Barcelona, y ahora trabaja por cuenta propia con reformas en A Coruña y varios lugares de la Costa da Morte. Conoce bien este territorio, sobre todo Razo, donde trabajó cinco veranos como monitor de surf en sus tiempos de estudiante.

El trabajo, muy amplio, lleno de cálculos, planos e ideas, va mucho más allá de las cuestiones estrictamente arquitectónicas, que lógicamente son las principales. Hay una dimensión arqueológica, paisajística, antropológica. Se sitúan todas las mámoas conocidas, contextualizadas: «Destinadas a ser vistas desde lejos, estas construcciones destacan en el terreno indicando el territorio controlado».

Neme, punto de partida

Unas llevan a otras, y de eso se trata en este recorrido en el que el Neme sería el gran punto de partida, con miradores específicos con intervenciones mínimas. Lugar central no solo por sus características paisajísticas o lo poco que queda de sus restos megalíticos, sino también por su papel central en la minería del siglo pasado en la zona, sobre todo de wolframio, pero también como cantera de caolín.

Este trabajo arquitectónico indaga en esas huellas y en el papel que jugó en la Segunda Guerra Mundial el mineral extraído en la zona, sobre todo el wolframio. No fue escaso. «En tan solo diez años, Carballo duplica su población. Y en 1946 aún había 150 obreros, además de quienes andaban á roubeta», señala este extenso análisis, que incluye fotos antiguas de obreros, mapas aéreos y numerosos esquemas de lo que se puede hacer. «Cosidos bajo una red de caminos, los lugares desvelados aparecen como protagonistas de un tejido que caracteriza nuestra cultura desde hace miles de años», explica el arquitecto.

Una «estructura narrativa» con paisaje y territorio

El autor propone un recorrido amplio desde el monte Neme y hacia el oeste por los lugares marcados en los que hubo estructuras mineras y hay mámoas, cuya finalidad es «captar la esencia del lugar». Las intervenciones arquitectónicas serían mínimas y las defines «dispositivos paisajísticos como instrumentos que ordenan un recorrido a modo de estructura narrativa». Pabellones, en concreto que, como las mámoas, se colocan para que desde uno se vea otro, avanzando hacia él, mediante un recorrido guiado. Y siempre aprovechando infraestructuras preexistentes. La que más llama la atención es la del Monte Neme, que incluiría un aparcamiento en la actual explanada. Cada uno de los pabellones enfoca a una zona a modo de diafragma.