Tráfico multa cada día de media a 4 conductores en la autovía y la AG-55

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CORCUBIÓN

Ana Garcia

La Guardia Civil descarta instalar radar fijo o de tramo en la vía de alta capacidad

15 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 29 de julio del 2016 el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, inauguró el denominado tramo uno de la autovía de la Costa da Morte, entre Carballo y Baio (más un corredor de 2,2 kilómetros hasta Santa Irena).

Desde ese día se han producido una veintena de incidencias, con tres siniestros para un volumen de tráfico global de más de 2,3 millones de vehículos. Todos estos percances fueron sin consecuencias graves y por causas ajenas a la seguridad de la vía, según confirmaron en su momento desde la concesionaria. De hecho, uno de los siniestros ocurrió en el acceso de Carballo a la vía de alta capacidad y por culpa de un conductor que dio positivo en alcohol.

En lo que a sanciones se refiere, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de A Coruña y del puesto de Corcubión multaron en un año a 1.200 conductores entre la autovía y la AG-55. Solo en el último trimestre fueron casi 300. Estas infracciones fueron registradas tanto por el radar de tramo, ubicado en la AG-55, en la bajada a Loureda (kilómetros 14-11), el helicóptero Pegasus, las patrullas rotuladas y los vehículos camuflados. El 90 % de las sanciones fueron por exceso de velocidad. El resto se debieron, en su mayoría, al uso de teléfonos móviles y no llevar el cinturón de seguridad puesto. «No son casos graves, pero a alguno se le ha cogido a 180-190 kilómetros por hora en tramos limitados a 120», señalaron en la agrupación. Uno de los puntos sensibles es la salida de Baio, justo cuando se enlaza con el corredor a Santa Irena: «Es uno de los que más sanciones acumula, porque los conductores vienen lanzados y no se percatan de la señal que limita la velocidad a 80».

En la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil llevan observando las incidencias en la seguridad vial, y la autovía es una de las más seguras para sus usuarios, con 19 curvas en sus 27 kilómetros de trazado, frente a las 51 de la AG-55. «Ni en la DGT nos lo han planteado ni nosotros lo hemos propuesto. Si detectásemos algún indicio de siniestralidad en un punto concreto hubiéramos propuesto instalar un dispositivo permanente», apuntaron estas fuentes. Y añadieron: «Desde el punto de vista de la seguridad no tiene lógica colocar un radar fijo o de tramo. Tendría su lógica si el objetivo fuese multar, pero como ese no es nuestro objetivo, la autovía no tendrá radar fijo o de tramo».

En la comandancia insistieron en que este tipo de mecanismos obedecen siempre a «causas relacionadas con la elevada siniestralidad en un tramo concreto».

Otra cuestión diferente es que haya radares móviles por la autovía. De hecho, es uno de los trazados de la Costa da Morte con mayor presencia de vehículos camuflados.

Seguridad

Otro de los aspectos destacados desde la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil es el moderno sistema de vídeo vigilancia de la autovía, integrado por 12 cámaras, 14 paneles y un centro de control en A Piolla. Gracias, en gran medida, a este vanguardista mecanismo se evitaron desgracias al volante, como la ocurrida el pasado miércoles, cuando una ceense de 47 años circuló en sentido contrario durante 29 kilómetros con la intención, según el informe de atestados remitido al juzgado de Carballo, a un intento de suicido. No ha sido el único caso. Hubo un segundo episodio el 21 de abril. En aquella ocasión fue un Volkswagen Polo, que fue visto en Nantón, dirección a Baio, aunque no hubo que lamentar accidente alguno. Otros dos casos se contabilizaron a finales del mes de febrero y el 5 de marzo y se debieron, según apuntaron en su día desde Tráfico y la concesionaria, a sendos errores a la hora de incorporarse a la autovía. Desde julio del 2016 se detectaron cuatro vehículos circulando en sentido contrario