«En Canadá a xente síntese moi orgullosa de traballar coas vacas »

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

Verónica Couto

El joven Avelino Souto, estudiante de Fonteboa, pasó cinco meses haciendo prácticas en una granja americana

18 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras cinco meses de estancia Avelino Souto se trajo de Canadá conocimientos, pero, sobre todo, algo de envidia. «O que máis admiro dos canadienses éo seu orgullo, que nos falta aquí en Galicia e nos beneficiaría en moitas cousas. Alí a xente síntese orgullosa de traballar coas vacas, de ser gandeiro. Os animais son parte deles e compiten para ver quen ten os mellores e non o tractor máis grande», dijo este lalinés de 19 años que estudia en Fonteboa y que ha estado desde el pasado mayo trabajando en una granja que se dedica a la producción y exportación de embriones en concreto y a la mejora genética en general. De eso sabe porque fue campeón de España de manejo de novillas y ganó el certamen de Cremona, la cuna de la raza holstein.

El muchacho participó en el programa Voces do Agro, en Radio Voz Bergantiños y allí expuso lo aprendido durante una estancia que lo llevó a Quebec, pero que también le permitió visitar Montreal y Ontario.

Genética

Durante el tiempo que el joven Avelino, con varios premios en concursos europeos a sus espaldas, ha permanecido en Canadá se ha afianzado en su creencia de que la genética es fundamental a la hora de sacar adelante una explotación. No solo es para los concursos, sino para tener animales mejor dotados para la producción de leche.

La granja en la que estuvo Avelino durante la primavera, el verano y parte del otoño solo tenía 30 vacas, pero «daban moito máis traballo que 200 aquí». La calidad de los animales nada tiene que ver con la que hay aquí o en otros países europeos.

En esa granja, las vacas se lavan, se pelan una vez al mes y están «moi mimadas», explica. Lo cierto es que los embriones producidos se vendieron a España, pero también a Corea o Alemania, entre otros países. De hecho, aunque la granja vendía leche, su principal negocio es la genética.

Además, este chico que vive de lunes a viernes en Coristanco y que adora las vacas, también tuvo que adaptarse a vivir con una familia desconocida. No hubo problema por el carácter de Avelino y «porque había nenos pequenos. Sempre é mellor, se eles te aceptan todo é máis fácil».

También a nivel de territorio las cosas son completamente distintas a las de aquí. «Todas as terras estaban arredor da explotación, polo que non tiñas que facer desprazamentos, pero alí non hai rotacións de millo e herba, ou hai un ou outra», señaló.

Según explica, el clima canadiense no sería, a priori, demasiado adecuado para la producción láctea, pero «está moi ben organizado»y eso que las condiciones, a partir de ahora, se complican bastante porque comenzará a nevar y se mantendrá así hasta abril. Además en lo más crudo del invierno se llegan a menos 30 grados.

Juventud

También valoró mucho Avelino la cantidad de jóvenes interesados por la ganadería. Su caso no es extraño en Galicia, pero tampoco demasiado habitual, por lo que en Canadá se encontró con muchachos de su edad apasionados por los mismos temas. «Cando ías a un sitio de gandeiros, a un concurso, quedábame asombrado pola cantidad de xente nova que había e de mulleres, e novas. Alí vin o que me gustaría ver algún día en Galicia: gandeiros orgullosos e felices co seu traballo», explicó.

Avelino Souto cree que uno de los problemas del sector agrícola en Galicia «é a falta de formación». «Sempre estamos con iso de que para muxir vacas non fai falla estudar, pero ese é un problema que temos e que acaba repercutindo no sector lácteo», señaló.

Reconoce que cada vez son menos los jóvenes que se quieren incorporar a la ganadería, pero que están mucho más preparados que sus padres, «e cunha visión máis ampla do mundo, porque viaxamos e vemos e iso vai repercutir de forma positiva na produción de leite». Para Avelino, su futuro estará siempre en la zona rural.