Líos de Facebook «made in Fisterra»

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CRÓNICA

FISTERRA

28 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Que las redes sociales las carga el diablo lo saben deportistas, líderes políticos, actrices, comunicadores... y fisterráns en general, porque de un tiempo a este parte, el Facebook particularmente se ha convertido en escenario de justas dialécticas que, en más de una ocasión se pasan de la raya y no se quedan en primera sangre sino que llegan a límites muy próximos al delito, si es que no le han rebasado ya.

El que tiene un máster en todo esto es el teniente de alcalde, Kuka Sar, que con más de 1.500 amigos, ha convertido su página en una especie de ágora de la fisterranía, que lo mismo da cuenta del último problema solucionado a un vecino que se embarca en diatribas ideológicas tendentes siempre a la «independencia e socialismo» y a que #medreomar, su etiqueta fetiche. Ahora bien, esa comunicación directa le ha traído más de un sobresalto, básicamente porque todavía hay gente que no entiende que las redes sociales, por muy virtuales que sean, forman parte del mundo real y no están ahí para vomitar odios pasándose el Código Penal por el arco del triunfo. Así, conflictos como el de la peregrina víctima de una supuesta agresión sexual, la peatonalización de la calle Real o el festival de blues se han convertido en objeto de debate en el muro de Kuka y en otros muchos, no siempre con las mínimas normas de respecto que deben regir para todos.

Sin embargo, la verdadera sensación de los últimos meses ha sido, sin duda la página A vos di Fisterra, que llevaba tiempo dormida y ha, o había, resurgido con ímpetu para criticar por todos los frentes la acción del gobierno municipal, en ocasiones con alguna metedura de gamba, como sumarle la subvención de la Deputación al coste de un festival en lugar de restársela. Evidentemente, aunque nadie lo ha demostrado todavía, los afectados veían claramente detrás la mano de simpatizantes del PP y, por más que les molestase que se amparasen en el anonimato, no les quedaba más que aguantarse y rumiar las críticas, algo que, en general, no suele hacer daño. Pero a alguno de los gestores de la publicación, si es que hay más de uno, se le fue la mano de una manera aparentemente inocente que ha acabado con la liquidación de este foro. Subió una imagen de O Semáforo para, supuestamente evidenciar, que existen allí máquinas expendedoras cuando el pliego de condiciones lo prohíbe. Por supuesto lo ligaba a un trato de favor del gobierno hacia el concesionario, el empresario Jesús Picallo. El problema es que el encargado de responder, pinchando además donde más duele, fue el propio Picallo que anunció que ponía el asunto en manos de sus abogados. Y ahí, justo en ese momento, murió la página.