El lleno de agosto anima la creación de aún más alojamientos en Fisterra

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

JORGE PARRI

Algunos profesionales ven ya saturación y alertan sobre el modelo de turismo promovido

13 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo días de agosto en los que el Concello de Fisterra se vio obligado a abrir el pabellón polideportivo «polo menos para que a xente tivese onde meterse para durmir e para lavarse», como explica el alcalde, José Marcote, porque se dio la circunstancia de que seguían llegando peregrinos cuando ya todos los albergues tenían las plazas completas y no quedaba opción alguna de alojamiento. Generalmente estos días punta coincidieron también con momentos en los que las localidades próximas, Cee y Corcubión sobre todo, estaban a rebosar de visitantes y las propias características de Fisterra, donde los peregrinos son muy reacios a darse la vuelta una vez alcanzado su objetivo a pie, hacen muy difícil acomodarlos en días así.

Que la afluencia de agosto fue de auténtico récord está fuera de toda duda porque lo dice cualquier profesional consultado. Ahora que eso signifique que Fisterra está en condiciones de absorber más plazas de alojamiento y sobre todo en qué condiciones sí que genera debate.

Hay en marcha al menos media docena de proyectos nuevos, algunos con subvenciones importantes de organismos públicos, y también ya hay hosteleros que ven que el camino a seguir debería ser distinto de aumentar plazas y de cualquier tipo.

Manuel Canosa, de Brigantia Viaxes, que lleva años en el sector y conoce bien todo lo que se mueve en la localidad, ve cierta saturación y ni siquiera tiene claro que desde su empresa vayan a poner en marcha un proyecto bastante ambicioso para el que ya tienen concedida una ayuda y para el que disponen hasta septiembre para buscar financiación.

Ángel Rivas, del Mar da Ardora, uno de los establecimientos que siempre logra las mayores calificaciones en todo tipo de plataformas y no solo a nivel comarcal, es especialmente crítico. En su caso no tiene problema alguno al respecto, porque hasta el día 22 de este mes no hay habitación alguna libre, salvo que se produzcan cancelaciones, pero sí sabe de otros negocios, algunos del entorno de su familia que, salvo en agosto, no pueden hablar de que la temporada fuese precisamente buena. De hecho, cita el caso de un supermercado, en el que con el mismo número de operaciones que el año pasado la facturación se redujo en casi un 30 %. «No creo que haya recorrido para seguir subvencionando determinado tipo de alojamientos en Fisterra. Pienso que deberíamos saber a dónde queremos ir, porque no se nos puede llenar la boca diciendo que hace falta un plan, una estrategia a nivel comarcal y luego creer que se pueden determinar las plazas necesarias por la afluencia en agosto».

De hecho, Rivas pone el ejemplo de otras localidades, y en Fisterra también pasa, que fuera de temporada alta parecen localidades fantasma «y no le puedes recomendar a nadie que vaya a cenar porque luego, con los controles y con todo, no tiene donde quedarse a cenar». De ahí que vea claro que hay que apostar por un tipo de turismo que se haga sostenible en el tiempo y pueda romper la estacionalidad.

Con todo, esta lógica que manejan algunos profesionales no es necesariamente la que se está imponiendo en el sector, donde abundan todavía los negocios al margen de muchas regulaciones legales y, lo que es igual de preocupante para el conjunto, que no reúnen unos estándares de calidad mínimos. De ahí que algunos ya están clamando por formas de auditoría o de certificación de cara a crear una marca de calidad del turismo de la Costa da Morte que rompa localismos y piraterías.