Los escolares aspirantes a escritores tributan los premios a sus maestros

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

El ganador del concurso de La Voz hizo protagonista al exdirector de su colegio

20 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El protagonista era él, porque para los nueve años que tiene escribió una pieza verdaderamente magnífica, pero en poco más de un minuto de intervención sobre el escenario del Salón do Voluntariado de Muxía, logró que la duodécima intervención del concurso Contos de Nadal de La Voz de Galicia acabase convertida en un tributo a los educadores, a esos maestros que ven el oficio como mucho más que una simple profesión. Así, Camilo Rodríguez Espasandín, del colegio Vilarmide de Muxía, autor del relato ganador, Detrás da Fervenza, después de explicar que lo hizo «pensando en Galicia» y en los «animais en perigo de extinción que están moi maltratados», se acordó primero de su profesora, «Mari Carmen Espasandín Domínguez» y acto seguido de «don Eduardo [el exdirector del colegio], que a pesares de que está xubilado fainos aínda moitas cousas».

La referencia, totalmente espontánea desató un sonoro aplauso para él y para el maestro de tantos muxiáns, ejemplo de vocación.

El propio alcalde, Félix Porto Serantes, mientras el resto de galardonados también compartían los premios con sus familias y sus respectivos profesores, se declaró «abraiado» al subir al escenario porque «non hai gratificación maior ca que un alumno se lembre do director que xa non está». De ahí que quisiese poner en valor la apuesta de La Voz y el trabajo de los colegios porque, «sen implicación do equipo docente, sería imposible que isto chegue aos nenos».

En la misma línea, el también muxián Xosé Luis Vilela Conde, director de La Voz de Galicia, mostró su felicidad por que la gala se celebrase en su pueblo, se acordó de la vieja escuela del pósito en la que estudió y del poeta López Abente, pero sobre todo puso el acento en la satisfacción que da que «a semente da palabra estea medrando en todos vós». Eso, antes de arrancarse con un cuento ambientado en el monte de O Pindo en la época «na que os animais falaban» y como los dioses le enseñaron a los humanos que «se miran para o seu propio corazón atoparán a verdadeira felicidade».

Y es que la gala, además de los regalos entregados por el patrocinador Vicente Domínguez, de Cárnicas Domínguez, la edila de Carballo Mar Eirís o el alcalde de Zas, Manuel Muíño, tuvo mucho de mensaje en favor de la igualdad, del respecto y la colaboración para lograr un mundo mejor. Un ambiente de diversión, que aparte de la música al acordeón de Pazos de Merexo -el más aplaudido-, se forjó en torno al relato construido por Ana Hermida, de Lisístrata. Con el cuento de Adela Turín La historia de los bonobos con gafas y la figura de Carlota, que no quería ser una princesa casada sino astronauta, lanzó un canto en favor de la igualdad, que los niños cogieron al vuelo. Sirvió para evidenciar que en materias como esta o la del respecto al medio ambiente las nuevas generaciones vienen a años luz por delante.