La riqueza piscícola de los ríos de la zona ha menguado año tras año

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

José López (izquierda), ayer en Anllóns, junto a otros compañeros, José Eiroa y Ramiro Calvo
José López (izquierda), ayer en Anllóns, junto a otros compañeros, José Eiroa y Ramiro Calvo ANA GARCIA

Un tramo entre Ponteceso y Cabana figura como salmonero, pero no se ven peces

16 mar 2021 . Actualizado a las 20:25 h.

Hasta hace relativamente pocos años, los principales ríos pesqueros de la zona podían presumir de su riqueza piscícola principal, las truchas, pero no solo eso. Salmones, lampreas, reos o anguilas eran un objetivo apetitoso entre los pescadores, y hoy todo ello no es más que un recuerdo, con contadas excepciones, según señalan pescadores y expertos consultados. Han desaparecido algunas especies, de otras quedan pocos ejemplares, y han aumentado algunas como el cangrejo americano o los escalos, que no contribuyen precisamente a aumentar esa riqueza.

Sin embargo, en la orden que acaba de publicar la Xunta en la que se regula la temporada de pesca que comenzará el mes que viene (día 17), figura un amplio tramo del Anllóns caracterizado como una de las «principais masas de auga salmoneiras» de Galicia. Está dividido en tres sectores: puente de Cardezo hasta la cantera de Santa Mariña (9,4 kilómetros), puente de A Balsa hasta la desembocadura del Anllóns (5,5) y puente del Muíño Novo hasta la desembocadura (2,9), en todos los casos con buena parte en Cabana, además de Ponteceso.

Mucho salmón no hay, aunque aparezca calificado como tal desde las sueltas de alevines de estos años. Aunque, como explicaba ayer un pescador, un colega de Nantón sí pescó uno en esa zona, aunque tuvo que devolverlo al agua. Ser masa salmonera no implica tener opción de pescar (en Bergantiños no lo es), sino que está muy regulado dónde, cómo y qué tipo de piezas.

David Gómez Brandariz, biólogo y buen conocedor de los ríos, reconoce que ese potencial piscícola ha descendido con los años, sobre todo por la merma de calidad del agua, más contaminada. Los salmones, que sí progresa en otras zonas de Galicia, también se encuentra con obstáculos que antes no tenían. Los usos de las riberas se han abandonado, y con ellos las limpiezas.

Y, claro, también afecta al producto principal, la trucha, muy vulnerable a la calidad del agua, «algo fundamental», señala. Es la pieza básica de un engranaje mucho más amplio: el estado de los fondos, la buena combinación de luz y sombra en algunos tramos, e incluso la lucha contra los múltiples enemigos que tiene: otros peces, nutrias (vuelven a verse), o mamíferos carnívoros que no paran de expandirse.

«No Anllóns houbo moitos salmóns, pero sobre todo lampreas, estaban ata espesas»

José López Mato (79 años) es un veterano aficionado a la pesca de río. No es extraño, pues a pocos metros de su casa, en Anllóns (Ponteceso), pasa el cauce que le da nombre, el Anllóns. Y él se encargó de recorrerlo arriba y abajo con la caña desde muy niño. Domina sobre todo el tramo que va desde la desembocadura hasta la primera presa. Recuerda, de muy joven, ver los salmones, «porque foi un río moi salmoneiro». Sabe que han echado muchos alevines, pero él no los ve ni sabe de quien los haya visto, aunque no descarta que alguna pieza sí haya.

Pero la ausencia que más nota es la de la lamprea, un pez asociado sobre todo al sur de Galicia, pero que en Ponteceso fue una auténtica reina. «Aquí no Anllóns houbo moitos salmóns por todo, pero sobre todo había lampreas, un diluvio delas, estaban ata espesas», recuerda. Pescarlas era fácil. Hace ya muchos años que las pusieron en veda, y curiosamente no se volvieron a ver. José dice que ha cambiado mucho todo: «Había sollas, anguías, bastantes reos... Agora xa non se ven, o que hai son escalos, que comen os ovos de todo», se lamenta José.

Autorizada la captura del cangrejo rojo en Fervenza

Un año más, está autorizada la pesca del cangrejo rojo americano, incluido en el catálogo español de especies exóticas invasoras. La única zona incluida de toda Galicia es el embalse de Fervenza, donde su proliferación es bien conocida por los aficionados. «A única arte de pesca autorizada para o cangrexo vermello americano é o trueiro. Cada persoa só poderá empregar un máximo de dez reteis, e non ocupará con eles máis de cen metros de río ou de beira de encoro», dice la orden. El sacrificio debe ser inmediato: ni pueden mantenerse con vida, ni ser transportados de ese modo, ni devueltos al medio natural. Y eso vale también para las capturas accidentales. El cangrejo de río común, por contra, no se puede pescar.

Como todas las temporadas, la regulación de la pesca contiene numerosas especificidades (normas, días, número de ejemplares, medidas...), y muchas de ellas afectan directamente a los ríos de la Costa da Morte. Por ejemplo, las masas en la que la medida mínima de la trucha debe ser de 21 centímetros, con un máximo de cuatro ejemplares por persona y día (la norma general es de 19 y seis truchas, las excepciones están reguladas). Así ocurre por ejemplo con el Anllóns, desde el límite superior el coto de Verdes hasta su desembocadura; el Grande, entre Castrobuxán y el coto de A Ponte do Porto, o el Xallas, en la presas de A Ponte Olveira y Castrelo. La pesca en estos embalses, a su vez, tienen otras normas a mayores.