¿Tiene razón tu abuela?

CIENCIA

Las abuelas tienen remedio para casi todo. El saber popular y los años de experiencia las convierten en médicos, enfermeras y psicólogas a la vez, pero lo que nos preguntamos es ¿cuántos de esos remedios avala ya la ciencia? Pues la respuesta estaría en torno al cincuenta por ciento

17 jul 2017 . Actualizado a las 11:41 h.

Vahos de eucalipto para la congestión, ajos para el corazón, cebolla en la mesita de noche para la tos nocturna, gárgaras de agua con miel y limón para aliviar la garganta, menta para el mal aliento o, incluso, vodka para el olor de pies...

 Seguro que tú mismo has probado estos trucos y alguno que otro más porque la lista es interminable. Nuestro objetivo es averiguar qué remedios de la abuela se quedan en mitos y cuáles funcionan en realidad con la ayuda de Manuel Viso, médico del hospital San Rafael. Lo primero que hay que saber es que no tenemos que infravalorar esos conocimientos ancestrales basados en utilizar «lo que había a mano» para aliviar males que, sin ser graves, sirven para amargarnos uno o más días de nuestra vida. Algunos tienen evidencia científica, otros no la tienen pero funcionan y los hay que han logrado pasar de generación en generación a pesar de no demostrar ningún efecto directo. ¿Cómo es posible?

El caso de la zanahoria

Todavía no sabemos cómo algunos de los remedios caseros han pasado durante décadas sin que se haya probado su eficacia. Pero una de las historias más ilustrativas de esta realidad es la de la zanahoria: este vegetal no mejora la visión y lo curioso es de dónde salió todo ese mito que viene de lejos. Durante la Segunda Guerra Mundial el ministro británico de aviación declaró que sus pilotos disfrutaban de una gran agudeza que les permitía abatir a los aviones alemanes desde muy lejos, incluso por la noche, gracias a que comían zanahorias. Un cuento para despistar a los alemanes y ocultar que los británicos habían desarrollado una tecnología de radar. Pero este caso no es el único. Si sacamos libreta y boli podemos elaborar nuestra propia lista de soluciones caseras para mejorar distintos tipos de malestar sin olvidar que las abuelas eran y siguen siendo unas grandes sabias y casi siempre tienen la razón.

verdadero

El vinagre combate los piojos 

El vinagre tiene ácido acético que mata bacterias, hongos.... y ahí está la clave. Es importante saber que hay que rebajarlo: tres partes de agua por una de vinagre. Hay que tener en cuenta que lo que elimina son las liendres. Instrucciones de uso: primero hay que lavar el pelo con champú y en el aclarado echar ese vinagre rebajado para desprender las liendres con un peine. Truco: si el vinagre está caliente mejor ya que el piojo no aguanta temperaturas por encima de cuarenta grados. Después podemos introducir todos los peines y objetos que hayamos usado en agua con vinagre casi hirviendo y así desinfectarlos.

 falso

Agua con azúcar para las agujetas

¿Quién no ha usado alguna vez este remedio pensando que era efectivo? El término médico para la agujeta es el daño muscular de acción tardía. Esto es importante porque las agujetas no se dan por acúmulo de ácido láctico como se creía. Simplemente, por la actividad muscular se producen micro roturas fibrilares y eso es lo que duele. Conclusión: por mucho azúcar que tomemos no vamos a restaurarlo ni aliviar los síntomas. Sí es efectivo hidratarse e ingerir alimentos ricos en proteínas.

  verdadero

Cebolla para combatir la tos 

Hay que tener claro que la tos es un mecanismo de defensa del pulmón y del bronquio. Generalmente cuando tosemos es porque queremos expectorar algo así que la tos hay que dejarla para que movilice ese moco. Si la tos es muy persistente y por la noche no nos deja dormir sí que podemos intentar ponerle freno y ahí entra en juego la cebolla. Tienen funciones antitusígenas y, además, es fluidificante e, incluso, bactericida. Truco: mejor partirla en trozos y cuanto más cerca esté de la cama mejor siempre que se soporte el olor.

 falso 

Zumo de naranja para los resfriados

Está demostrado científicamente que ni a los virus catarrales ni a la gripe la Vitamina C y el zumo de naranja les afecta para nada. No tienen un impacto directo en cuanto a eliminar o matar los virus ni las bacterias. Y aquí hay otro mito que podemos derribar: la vitamina C siempre se asocia a la naranja pero la fresa, el pomelo o el kiwi tienen más cantidad. Es más, medio kiwi tiene todas las necesidades de Vitamina C para un día.

 verdadero 

Limón y miel para la garganta 

En esta combinación la estrella, sin lugar a dudas, es la miel. El limón tiene capacidad antiséptica por lo que ayuda a limpiar las bacterias y si lo combinas con té, que tiene propiedades fluidificantes del moco, tampoco está mal pero lo mismo te valdría si tomas una cucharada de miel a secas. Está reconocida por la Organización Mundial de la Salud como tratamiento del catarro, de los dolores de garganta, tiene un efecto antioxidante con lo que también baja la inflamación... Así que miel por encima de todo.

 falso 

Anillo de oro para los orzuelos 

Lo que funciona es el calor y lo que se recomienda, desde el punto de vista médico a parte de las pomadas antibióticas, es una gasita de agua caliente. Así que lo del anillo es un mito que nació porque se calentaba pero no porque sea un anillo ni porque sea de oro. Simplemente por el propio calor. El remedio que funciona: mojar la gasa estéril en agua templada tirando a caliente sin que llegue a quemar y aplicar ese calor durante diez o quince minutos cuatro o cinco veces al día. La acción del calor es lo que tiene efecto antiinflamatorio sobre esa glándula que está ocluida y llena de secreciones.

 verdadero

Vahos de eucalipto para las flemas

 Lo que está demostrado es que lo eficaz es el vaho, la propia humedad que genera el calentar el agua. El eucalipto en sí no es la clave. De hecho, se puede sustituir por otro tipo de hierba o, incluso, dejar solo el agua. Es la propia humidificación del ambiente lo que hace que se fuidifiquen las flemas y se expectoren mejor. Es efectivo. Lo que se busca es reblandecer el moco y eso se consigue con un ambiente húmedo. Olvídate de tapar la cabeza con la toalla, no es necesario.

La zanahoria mejora la visión ( falso)

Es cierto que la zanahoria, con una alta concentración de betacaroteno (precursor de la vitamina A), sí tiene un cierto efecto sobre la visión. Lo que pasa es que si hacemos una dieta equilibrada con fruta, verduras, hortalizas y legumbres de cualquier tipo ya tendremos la cantidad suficiente que necesitamos. Es más, abusar del consumo de zanahoria puede poner la piel amarilla. Son un alimento muy saludable también con antioxidantes pero no por comer más zanahoria veremos mejor.

 falso

Ponerse un bistec crudo en un ojo morado 

Este remedio se podría englobar en un hipotético apartado de mitos peliculeros. ¿De dónde sale la ocurrencia? Antes en las neveras había, sobre todo, carne así que cuando alguien recibía un golpe y tenía un hematoma se cogía el trozo de carne frío y se aplicaba en ese moratón. Pero aquí lo único que funciona de verdad es el frío. Conclusión: ponerse un poco de hielo envuelto en un paño y, posteriormente, aplicarse el famoso trombocid.

 verdadero

Sorbos de agua para el hipo

Sí funciona. Eso pero también respirar en una bolsa o aguantar la respiración... Lo que se consigue es aumentar el dióxido de carbono en sangre y el dióxido de carbono es relajante muscular. Ahí está el truco: si aumenta relaja la musculatura abdominal, el diafragma y, por lo tanto, pasa el hipo. ¿Y un susto? Eso sí que no tiene explicación pero puedes seguir usándolo si has comprobado que surte efecto.

 falso

Pasta de dientes para las quemaduras 

Un gran error a pesar de ser uno de los remedios más usados y extendidos. La pasta de dientes lo que hace es crear una película sobre la herida y, así, la herida no se oxigena, no se limpia y se termina infectando más. Lo primero que hay que hacer con las quemaduras es enfriarlas con agua fresca así aliviaremos inmediatamente el dolor y ayudaremos a bajar la inflamación. Luego se puede echar mano de los medicamentos adecuados para ello como pomadas antibióticas o, incluso, apósitos para poner encima de la quemadura.