Un disfraz demasiado realista en A Coruña

E. Mouzo / L. López

A CORUÑA

Una comparsa disfrazada de policías demasiado real alarma a vecinos de A Coruña y obliga a intervenir a los agentes de verdad. Acaban detenidos
Una comparsa disfrazada de policías demasiado real alarma a vecinos de A Coruña y obliga a intervenir a los agentes de verdad. Acaban detenidos EDUARDO PEREZ

Unos jóvenes que imitaban a agentes del 091 fueron obligados a quitar los rótulos de su furgoneta por su excesiva similitud con los oficiales

21 feb 2020 . Actualizado a las 19:00 h.

Una unidad de operaciones especiales de la Policía Nacional armada hasta los dientes tomó el barrio coruñés de la Sagrada Familia en el carnaval del 2010. Los agentes aparcaron su furgoneta en la ronda de Outeiro y salieron en persecución de alguien... que les riera la gracia. Y hubo quien se la rio, aunque después de comprobar que se trataba de un disfraz, tan parecido a los que lucen los agentes de verdad que hasta despistaron a algunos compañeros que hacían su ronda por la zona, según las declaraciones de algunos testigos.

Entre incrédulos, atemorizados -«será que han robado en alguna joyería», aventuraba un vecino- y finalmente divertidos, los residentes en este superpoblado barrio de A Coruña no salían de su asombro. Los agentes de pega, mientras, exhibían sus armas, también de pega, sin pudor: «Algún vecino nos ha dicho que está muy bien, que así disuadimos a posibles cacos», acertó a decir uno de ellos.

Inspección e inmovilización

La furgoneta clonada aparcada a la altura del 192 de la ronda de Outeiro y los falsos geos despertaron la curiosidad de decenas de vecinos y también de auténticos policías. Pronto llegó una patrulla de agentes, camuflada, que invitó a los policías de mentira a identificarse. Víctor, una de las personas que al mediodía de ayer pasaba por la zona, se sorprendió por la escena: «De pronto me di cuenta -relató- de que los policías que iban vestidos de policía eran los de mentira, y que los que iban de paisano eran los de verdad».

Los falsos agentes tuvieron que abrir el vehículo, que fue sometido a una inspección exhaustiva. En el interrogatorio posterior, los jóvenes disfrazados manifestaron que la furgoneta había sido alquilada «y que habían comunicado que iban a rotular el vehículo», aunque en ningún momento supieron especificar a quién se lo habían notificado, según confirmaron fuentes policiales auténticas.

Los jóvenes también aseguraron que tenían permiso para disfrazarse de tal guisa, circunstancia que después fue desmentida por la Policía Nacional: «Ni las empresas de seguridad pueden llevar en sus uniformes identificaciones que puedan confundirse con las oficiales», indicaron estas fuentes.

Los jóvenes tenían previsto viajar sobre la una de la tarde hacia Ferrol, una parada más en su ficticia operación policial contra el mal, que durante cuatro días recorrió Galicia sin que nadie, ni tan siquiera las fuerzas policiales auténticas, sospechara nada extraño. Ante el sorprendente parecido del vehículo y teniendo en cuenta que la confusión podría generar más de un problema, «se les comunicó que el vehículo quedaba inmovilizado».

Al cuartel

Ya por la tarde, la furgoneta fue conducida al cuartel de Lonzas. Allí, delante de los agentes, los falsos policías se vieron obligados a quitar los rótulos del vehículo y a entregarlo a la empresa de alquiler. La policía investigó si los jóvenes pudieron incurrir en algún delito. En aquel momento el único conocido era conseguir el disfraz más logrado del carnaval coruñés.