La genética avala que los vikingos llegaron a América antes que Colón

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN/LA VOZ.

A CORUÑA

las pruebas arqueológicas. El poblado vikingo hallado en L'Anse aux Meadows (Terranova) es otra prueba de las incursiones precolombinas
las pruebas arqueológicas. El poblado vikingo hallado en L'Anse aux Meadows (Terranova) es otra prueba de las incursiones precolombinas

Un estudio con participación española revela a partir del ADN que una expedición islandesa llevó a la isla a una india, que dejó su linaje a lo largo de generaciones

14 mar 2019 . Actualizado a las 18:25 h.

La sorpresa saltó en un análisis rutinario de laboratorio. «¡Pero qué demonios pinta el linaje C1e en Islandia!», debió de exclamar el técnico. El estupor no era para menos. La muestra genética delataba un origen amerindio. Y o bien procedía de un nativo americano o de un individuo del este asiático. Pero ¿en Islandia? La sorpresa se convirtió en un hecho extraordinario cuando los investigadores de la empresa biofarmacéutica deCODE, que posee muestras genéticas del 80% de la población islandesa, tiró del hilo de la genómica. El mismo linaje se encontró posteriormente en cuatro familias, integradas por unas ochenta personas, que vivían aisladas en el sur de la isla. Fue entonces cuando entró en escena el estudio genealógico para aclarar el misterio. Las evidencias indicaban que su origen se remontaba, al menos, hacia el año 1700. Eran, por tanto, genuinos islandeses, pero con una huella amerindia en su genoma.

Como quiera que por aquel entonces Islandia estaba totalmente aislada, solo queda una explicación verosímil sobre el origen del linaje: que proceda de una mujer india que los vikingos trajeron a la isla después de sus incursiones por el norte del continente americano, en Terranova, hacia el año 1000, fecha en la que los textos medievales islandeses sitúan la primera visita al continente, la realizada por Leif Erikson, el hijo de Erik el Rojo. De hecho, el linaje encontrado, el C1e, es de raíz mitocondrial (transmitido por las madres), lo que significa que estos genes fueron introducidos en la isla por una mujer. Esta conclusión, que ratifica desde la genética la teoría de que los vikingos llegaron a América cinco siglos antes de que lo hiciera desde España Cristóbal Colón, se recoge en un estudio que publica la revista científica American Journal of Physical Antropology, en el que, junto a la empresa deCODE y la Universidad de Islandia, también han participado científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

«No lo podemos demostrar al 100%, pero la hipótesis más plausible es que la mujer india fuera llevada por los vikingos a Islandia cuando hicieron su viaje a Terranova hace mil años», explica el investigador Carles Lalueza-Foz, que trabaja en el Instituto de Biología Evolutiva, un centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra.

Las explicaciones alternativas a esta teoría son, cuando menos, mucho más rocambolescas: que una población del este de Asia llegara a Islandia antes del 1700, algo prácticamente imposible, o que alguna de las indias que trajo Colón a España fuera llevada más tarde a la isla, lo que también resulta difícil de creer.

Pista genética

Pero confirmar la nueva pista genética tampoco será muy fácil. Las posibilidades pasan por encontrar restos humanos anteriores a 1700 en la zona donde viven las familias islandesas con el linaje amerindio o que se hallasen en América muestras de la misma variante genética, lo que parece poco probable si se tiene en cuenta que los indios nativos de Terranova quedaron prácticamente extinguidos en el proceso colonizador.

«El linaje se encuentra en América -señala Carles Lalueza-, pero no hemos encontrado a nadie que tenga exactamente la misma secuencia».

La investigación hispano-islandesa, que nació del azar de una prueba rutinaria en laboratorio, no deja de ser sorprendente si se tiene en cuenta que lo que hasta ahora los científicos esperaban encontrar era justamente lo contrario. «Lo que cabría esperar es que hallásemos huellas genéticas de europeos vikingos en América, pero lo que ha ocurrido es lo opuesto: que una mujer amerindia dejara sus genes en Europa», subraya Lalueza.