Elba, ¡qué bien que hayas vuelto!

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

MORDEM EN SU CONCIERTO EN A FUNDACIÓN DENTRO DEL CICLO ACREATIVA
MORDEM EN SU CONCIERTO EN A FUNDACIÓN DENTRO DEL CICLO ACREATIVA

10 nov 2017 . Actualizado a las 13:07 h.

Fue hace ya siete años. Se trataba de uno de los pases musicales de aquella iniciativa fugaz llamada Muau (Museo de Arte Urbano). Como nombre artístico, Jane Joyd. En el DNI, Elba Fernández. Ella sola, con una guitarra, entró tocando y caminando por la puerta de una de las salas de lo que hoy es la sede de Afundación. Flechazo instantáneo. Encantó a la mayoría. Cubrimos aquel concierto en La Voz. En la crónica se preguntaba si había nacido una estrella. Poco después, se confirmaría que sí, que lo de aquel pequeño proyecto de folk-pop iba a ir más allá de lo anécdota y el consumo interno.

Al año siguiente, se inscribió en el Proyecto Demo, el concurso de maquetas del Festival de Benicasim. Fue seleccionada. Poco a poco, superó las fases, hasta plantarse en la final. Ganó. Eran tiempos de auge de la escena indie, en los que estaba de moda Russian Red. Al verla a ella, menuda y con una acústica colgada, le cayó la (odiosa) comparación. Pronto demostró que lo suyo era muy diferente. Editó un par de epés que lo dejaron claro. Y ofreció un puñado de emocionantes conciertos que indicaban que lo de los discos tan solo suponía el punto de partida.

Pero todo se truncó en el 2014. Cuando la lógica apuntaba a un elepé, llegó una triste nota de disolución. Ruptura total. Elba puso tierra de por medio, se instaló en Madrid y la figura de Jane Joyd se desvaneció en el olvido. Otra prometedora aventura musical coruñesa más segada por las circunstancias.

Sin embargo, tras al consabido duelo, retomó la actividad en privado. Sin hacer mucho ruido se puso a componer. Ya advertía en su adiós que otras vidas quedaban por vivir y otras músicas por tocar. Estirando todo lo aprendido en Jane Joyd, rebuscó en esas cosas en las que todo el mundo piensa, pero que a la mayoría les cuesta hablar: las dobleces del amor, las sombras que dejan las muertes o el porqué de las mentiras. Todo con un lenguaje derivado de su traje anterior, pero con nuevos bríos electrónicos. Sí, le sigue chiflando Bon Iver y PJ Harvey, pero también se siente fascinada por Beach House, Portishead o Rihanna. Ha quedado reflejado en Fragments To Dominate The Silence, un disco que salió en septiembre, tras meses en un cajón.

Lo presentó en A Coruña la semana pasada dentro del ciclo Acreativa de Afundación. Se trataba de su primer concierto y, casualidades de la vida, lo ofreció en otra de las salas del mismo lugar en el que también debutó como Jane Joyd. Un renacer delicioso, de los que convierten el placer en un suspiro, de los que hacen pensar en el pasado, pero también en el presente y en el futuro. El suyo hoy lo vemos vibrante. El nuestro esperamos que sea con muchos más discos como este. Elba, ¡qué bien que hayas vuelto!