Alertan de la presencia de toxicómanos en un edificio abandonado del Martinete

Emiliano MOuzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

La facilidad de acceso permite a los más jóvenes participar en botellones

23 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En octubre del 2007 daban comienzo las obras de un gran edificio de viviendas, de tres bloques, tres alturas y bajo cubierta, en la calle Luis Peña Novo, en el Martinete.

La contratista tenía 24 meses como fecha máxima de ejecución. El tiempo fue pasando y hoy el inmueble es un esqueleto de ladrillo y cemento «sin vallar o con el cierre deteriorado, de fácil acceso, convertido en un grave riesgo para los que se adentran en él y para los vecinos» por el riesgo de caída, indicaron los residentes de la zona.

Aseguran que el interior de la estructura «se convirtió en un refugio de toxicómanos». De esta forma también lo definen fuentes próximas a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado: «Ya se hicieron varias actuaciones en ese edificio. Incluso se decomisaron estupefacientes y se identificó a varias personas», señalaron.

Además, que allí se consume droga está claro: «En cualquier estancia de cualquier piso de las tres plantas que se visite se pueden ver en el suelo trozos de papel de aluminio con evidentes signos de haber sido utilizados para fumar chinos», es decir, inhalar con una pajita los vapores que desprende la heroína una vez calentada con fuego, indicaron varios vecinos.

Pero además del consumo de droga, «un gravísimo problema», también preocupa en el barrio la concentración en el inmueble de grupos «de chavales que sabemos que son, en muchos casos, menores de edad», indicaron.

Aseguran que llegan después del horario de clase, «sobre todo los fines de semana». Se meten dentro y comienzan sus fiestas, «toman alcohol y después, en muy malas condiciones, empiezan a arrojar ladrillos desde las ventanas, desde los balcones, sin ningún tipo de protección, o incluso desde la azotea que solo está rodeada de tableros podridos, y estamos hablando de alturas que superan los 14 metros». Algunas de estas piezas de obra ya cayeron en las fincas o patios de viviendas aledañas. «Cualquier día va a haber un grave accidente y después nos vamos a lamentar», dijeron.

Con linternas

Al consumo de droga, al botellón y a los juegos peligrosos desde importantes alturas, «hay que sumar la presencia de moradores. Sí, en el edificio viven personas de manera ilegal», indicaron varios residentes en la zona.

Aseguran que cuando llegan por la noche «no lo hacen en muy buenas condiciones, y se atreven a subir al inmueble utilizando linternas». Temen que alguno pueda llegar a caer por las ventanas o por los huecos de los ascensores, «también sin tapiar».

Manifiestan que hacen fiestas hasta bien avanzada la madrugada. «Lo sabemos por el ruido y porque las linternas no paran de moverse. Dicen, además, que desde que este inmueble está levantado y sin finalizar, «evitamos pasar por ahí. Un edificio que está enfrente y a punto de ser entregado a sus dueños fue desvalijado y han aumentado los robos y los daños en los coches que están aparcados». Por ello solicitan al Ayuntamiento una rápida solución al problema.