«Está muy penalizado, es ridículo y muchos alumnos son mayores, pero sí, copian»

m. C. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La sede de la UNED convoca desde ayer a más de 4.000 alumnos en los primeros exámenes del curso

23 ene 2018 . Actualizado a las 11:44 h.

En la sede de la UNED el ambiente a media mañana de ayer no era el que cabría esperar el primer día de exámenes en un centro que cerrará el segundo período de matrícula -del 1 de febrero al 8 de marzo- con más de 4.000 alumnos en sus titulaciones y otros tantos en los cursos de extensión universitaria. En el patio central del edificio, decenas de personas esperaban en silencio la llamada para entrar en el aula. Nada de corrillos ni de voces altas descargando los nervios. En la Universidad Nacional de Educación a Distancia, la mayoría de los alumnos no tienen relación entre sí. «Eu non coñezo a ninguén», cuenta Ana Sindy Oliveira a la salida del examen.

Esta joven de Boiro se matriculó hace cuatro años en la Universidade de Santiago (USC), en Estudios Ingleses, se marchó seis meses de au pair a San Francisco, regresó y empezó a trabajar en una conservera: «Non é o traballo da miña vida, pero...». Le da independencia y le permite seguir estudiando con calma, y con visitas para examinarse al centro asociado de A Coruña. Cursa tercero y ayer salió satisfecha. Cayó un texto de Cumbres borrascosas para comentar, con el feminismo como tema de fondo.

En la misma aula se examinaba de Derecho Penal el monfortino Adrián Madrid. «Están haciendo 20 o 25 exámenes, de los grados, del curso de acceso o de másteres, al mismo tiempo. Un sistema telemático muy perfeccionado coordina el proceso para que no haya errores», explica el director del centro, Germán Carro, que detalla algunas medidas para evitar fugas de información como la prohibición de abandonar el aula hasta media hora después de entrar. Como las pruebas son idénticas en toda España, se celebran el mismo día y a la misma hora en todas las provincias.

Adrián Madrid también salió contento de su examen sobre delitos y a su edad ha hecho tanto que lo aclara: «Esfuerzo y constancia. De lumbreras, nada». Con 25 años ya se graduó en Relacións Laborais en Santiago, vivió casi tres años emigrado en Reino Unido, volvió el verano pasado con una beca de 11.000 euros que la Xunta ofrece a retornados para cursar un máster y ahora así está, estudiando el máster en la UDC, Derecho en la UNED, y participando en procesos de selección en busca de empleo.

La mayoría de los estudiantes de la UNED trabajan y a la vez hincan los codos: Ana Isabel Romeu, que es limpiadora en Ferrol y está matriculada en el curso de acceso para mayores de 25 años con el propósito de estudiar Sociología, muy nerviosa ayer; Rosa Díez, informática y alumna de Estudios Ingleses, aficionada a estudiar, «me gusta», decía, o Cristina Rodríguez, monitora en un parque infantil y estudiante de Pedagogía, muy segura antes de entrar: «No estoy nerviosa porque me lo sé».

Ninguna copiaría. «Lo advertimos cada año en la jornada de bienvenida. Aquí copiar está muy penalizado, pierden la matrícula y se les abre un expediente académico. Copiar es ridículo. Muchos alumnos son mayores, pero... sí, copian, alguno hemos tenido».